“I love NYC” tras más de 43 años luce como el primer día. Es el souvenir más vendido de Manhattan, un must para cualquier turista que visite la ciudad. La popularidad del logo ha sido utilizado y copiado en todo el mundo y Nueva York, que ostenta la titularidad de los derechos de autor emprender centenares de acciones legales para protegerlo.
La historia del logo más popular
Un alto índice de criminalidad, con docenas de robos y asaltos diarios, alrededor de 1.700 homicidios anuales, narcotráfico y suciedad y formaban parte de la oscura carta de presentación de la Nueva York de mediados de la década de los 70 del siglo pasado. La ciudad, sumida en una profunda crisis entre severos recortes presupuestarios -su deuda ascendía en 1975 a 14.000 millones de dólares (12.600 millones de euros)- se había convertido en una sombra de lo que había sido.
La negativa del presidente Gerald Ford de salvar las arcas municipales de la bancarrota auguraba un futuro todavía peor. Edificios públicos emblemáticos como la Grand Central Terminal reflejaban con su dejadez la decadencia de Manhattan y el turismo, que había abandonado la ciudad, se encontraba en su punto más bajo.
El descontento de los funcionarios locales -entre los que se encontraban bomberos y policías- los llevó a publicar un controvertido folleto en el que bajo el título de Fear City -ciudad del miedo- pretendían mantener a los turistas alejados de localidad. Ilustrados con un cráneo en la portada, los panfletos describían Nueva York en términos apocalípticos y añadían una serie de consejos en los que se recomendaba, entre otras cosas, no salir a la calle más allá de las 6 de la tarde, evitar el transporte público, no dejar objetos de valor en la habitación del hotel, o grabar los números de identificación en todas sus propiedades.
La campaña
Ante tal panorama, las autoridades del estado tomaron la decisión de impulsar una campaña encaminada a elevar la moral de los ciudadanos, combatir la publicidad negativa y limpiar la reputación de la urbe. Para ello, contrató los servicios de Wells Rich Greene, una agencia cuya tarea inicial se centró en la “venta” de Broadway, acuñando un potente eslogan: I love New York .
La limpieza del logo, la claridad del mensaje y el optimismo que desprende lo convirtieron en un éxito total
Pero faltaba algo fundamental: un logo que permitiera identificar la campaña. El encargo de crearlo recayó en 1977 en Milton Glaser, un dibujante y diseñador que había triunfado la década anterior con algunas ilustraciones de Bob Dylan. El acierto se confirmó poco después, cuando presentó el boceto de lo que acabaría convirtiéndose en uno de los logotipos más imitados del mundo y todo un anticipo de los emoticones que hoy triunfan en las redes sociales.
Glaser unió la palabra Yo y la imagen de un corazón -en toda una declaración de amor- a las siglas de la Gran Manzana. La limpieza del logo, la claridad del mensaje y el optimismo que desprende lo convirtieron en un éxito total; en el icono de una ciudad que fue adoptado no sólo por los neoyorquinos, que rápidamente se sintieron cómodos con él, sino también por el resto del mundo.
Nueva York, una ciudad para amar
Nueva York, 1976. Nuestro viaje a la marca ciudad no puede sino empezar desde aquí. El célebre logotipo «I ❤ NY» es uno de los primeros que se crearon con el objetivo declarado de promover la identidad de una ciudad también de cara al público de los turistas, y no cabe duda de que aún hoy sigue siendo el más conocido e icónico de todos.Parece que la gestación del proyecto gráfico fue más compleja y enreversada de lo que se suele creer.
Lo que está claro es que la forma final se debe al diseñador gráfico Milton Glaser, que recibió el encargo de la agencia de publicidad Wells Rich Greene en nombre del New York State Department of Economic Development.
En aquellos años, la fama de Nueva York no era precisamente maravillosa: considerada caótica, peligrosa, gris y contaminada, necesitaba recuperar una identidad fuerte, comercialmente viable y atractiva para los turistas. Desde el punto de vista gráfico, quizás cabe señalar que la sencillez por la que se distingue el celebérrimo logo no es más que aparente: en realidad, en él podemos observar hasta tres lenguajes diferentes, condensados en una sola identidad visual.
Los tres lenguajes de I ❤ NY
• En inglés, «I» es una palabra completa en toda regla que, como todos sabemos, significa «yo».
• El corazón es un símbolo gráfico, utilizado en lugar del verbo «to love» (amar) de una manera que se adelanta muchas décadas a nuestro ahora habitual uso de los emojis.
• «N» e «Y» son las iniciales de la ciudad: por tanto, no son realmente palabras, sino un acrónimo.
Una palabra, un pictograma, un acrónimo: quizás se deba también a la fuerza de esta síntesis el hecho de que el logotipo se haya convertido en un auténtico icono mundial, reconocido, amado e imitado en cada rincón del planeta.
Parece incalculable la contribución de este logotipo a la causa de la ciudad: de un sencillo signo gráfico a una auténtica imagen de marca, «I ❤ NY» no solo ha contribuido a mejorar la imagen de la ciudad a ojos de los extranjeros, sino que además ha generado un auténtico espíritu de pertenencia, un alma, una idea simbólica bajo la cual reunirse, un orgullo que ha llegado al corazón de todos los ciudadanos. Y, dado que su aportación interesa tanto al público de los visitantes como al de los habitantes de la ciudad, podemos considerar el logotipo como un ejemplo eficaz de marca ciudad.
Quizás el mejor logo del mundo.
Fuente: La Vanguardia