Las empresas se financian ya más barato con bonos verdes que con los convencionales. Goldman cifra en 14 puntos básicos el ahorro en el mercado europeo. Los bonos verdes atraen a inversores más estables y diversos.
La intensa oleada de emisiones de deuda registrada en el mes de enero ha dejado una evidencia sobre la que 2019 ya aportó algunas pistas. Emisión de bonos verdes es ya más barata en algunos casos que la emisión de bonos convencionales, según se aprecia en algunas colocaciones multitramo –en las que se lanzan dos o tres colocaciones a la vez a distintos plazos– y en las que el bono que lleva el sello verde se ha vendido en términos relativos más barato. Han sido los casos de la francesa Engie, el pasado octubre, o de Eon y Prologis en este año.
“Con independencia del plazo y del importe, el tramo que más interés ha despertado es el que llevaba el sello verde y el que menos ha pagado gracias a la fuerte demanda. Es un fenómeno que se observa con más claridad en este inicio de año”, explica Pedro Santamaría, responsable de mercados de capitales para Iberia de HSBC y que cifra entre 1 y 5 puntos básicos el ahorro para el emisor lanzar un bono verde frente a una convencional. Fernando García, director de mercado de capitales de SG, añade que “se ha empezado a ver con más claridad una ventaja en precio para las emisiones verdes; es una cuestión sobre todo de la demanda de los inversores, cada vez se abren más fondos con criterios sostenibles”.
La eléctrica alemana Eon acudió al mercado el pasado 9 de enero con una emisión de tres tramos, en la que el tramo verde registró la mayor sobresuscripción, de 2,3 veces, frente a las 2 veces de los otros dos tramos. Y esa mayor demanda permitió una prima de emisión –sobre el bono comparable en el mercado secundario– negativa de 2 puntos básicos.
La estadounidense Prologis lanzó el 28 de enero una colocación en tres tramos en la que el bono verde a 8 años recibió una sobresuscripción de 3,5 veces y en la que no hubo prima de emisión. En el tramo de deuda a 15 años, la sobresuscripción fue de 2,2 veces, con una prima de emisión de 5 puntos básicos.
“La emisión verde aporta al emisor una base de inversores más diversa y flexible. Alguien que no pensara invertir en Telefónica, acudirá a la colocación si la emisión es verde”, explica Francisco Chambel, responsable de deuda corporativa de Unicredit en España, a propósito del bono híbrido lanzado por la operadora el pasado enero, el primero emitido por su sector. “El riesgo de crédito es el mismo, pero el inversor en bonos verdes tiene un perfil de mayor estabilidad, de permanecer hasta el vencimiento”, añade Fernando García.
A favor de que las emisiones verdes sean más baratas juega el hecho de que son más escasas y de menor cuantía. Su menor volumen se explica en que el dinero captado debe destinarse a una finalidad muy concreta, por lo que no todo tipo de compañías accede a su lanzamiento. Y ese menor tamaño favorece tasas muy elevadas de sobresuscripción. Según datos de HSBC, la demanda superó en 7,4 veces la oferta en los bonos verdes lanzados en abril del año pasado, frente a las 4,9 veces de los bonos convencionales.
Goldman Sachs ha calculado que las emisiones verdes permiten un ahorro de 29 puntos básicos en el mercado estadounidense –considerando ese ahorro como una prima de emisión negativa– y de 14 puntos básicos en el europeo, donde este tipo de colocaciones son mucho más abundantes. El banco estadounidense añade que, una vez en el mercado secundario, los bonos verdes cotizan en línea con sus comparables no verdes; por lo tanto, los compradores, una vez se han emitido, obtienen una rentabilidad similar.
La emisión verde entraña en todo caso un gasto adicional por los preparativos adicionales y la información específica vinculada a este tipo de bonos.
Fuente: Cinco Días