La sostenibilidad y la conciencia por el medio ambiente han llegado para quedarse. Las principales empresas financieras y los fondos de inversión apuestan por ello. No solo es rentable, también necesario. Una oportunidad para financiar una economía baja en carbono o cero emisiones.
La sostenibilidad y la conciencia por el medio ambiente han llegado para quedarse. Las empresas lo saben y por eso ‘han sacado toda su artillería’ para poder llegar a ser emisiones cero o neutras y cambiar sus modelos de negocio aunque en el corto plazo repercuta en sus cuentas anuales. La mirada estratégica debe ponerse en el medio y largo plazo para ser viables y mantener la licencia social para operar.
Empresas como Repsol así lo han percibido. La petrolera ha decidido apostar por las energías limpias y ha anunciado que será una compañía neutra en emisiones en 2050. Para conseguir este objetivo, la compañía ha tenido que hacer unas dotaciones de 5.823 millones de euros, de los que 4.859 millones corresponden a la revisión a la baja del valor contable de los activos para adaptarlos a sus objetivos en emisiones. Estas dotaciones han hecho que la petrolera cerrase 2019 con unas pérdidas de 3.816 millones de euros.
Repsol anunció que será emisiones neutras en 2050. Para conseguir este objetivo, la compañía ha tenido que hacer unas dotaciones de 5.823 millones de euros
Repsol no es la única compañía que ha anunciado su objetivo de ser emisiones neutras. Las compañías aéreas ya están transformando su flota e investigando nuevos modelos para poder llegar a ser neutras en emisiones, como es el caso de easyJet o Ryanair. Otra petrolera, BP, señaló a mediados de febrero su ambición de convertirse en una compañía de “emisiones netas cero” para el año 2050 o incluso antes, mediante una “reinvención” de la energía. Repsol ya gestiona activos de bajas emisiones con una capacidad total instalada de 2.952 MW y tiene planes en marcha en renovables que suman otros 2.045 MW.
En otros sectores, a priori menos contaminantes, también han hecho este anuncio. La aseguradora Mapfre apuntó a 2030 como el año en el que será emisiones neutras a nivel global. Además, se comprometió a dejar de invertir en empresas eléctricas en las que más del 30% de sus ingresos provengan de energía producida a partir del carbón. Por su parte, las dos entidades financieras más importantes de España, Banco Santander y BBVA, se han comprometido a ser emisiones cero en 2020.
La apuesta por la sostenibilidad
Javier de la Nava, profesor del CEF y economista, explica que a largo plazo siempre es beneficioso, “hay que pensar en la rentabilidad inmaterial que supone hacer más sostenible la propia empresa y el beneficio que tanto la propia empresa tanto por la vía de los intangibles como por la vía de la rentabilidad comunicativa y de imagen”. Por su parte, Bethlem Boronat, profesora de EAE Business School, señala que este cambio requiera un proceso de transformación en el que va implicado la la formación del capital humano pero también cambios de equipamiento y de procesos productivos y “todo esto tiene un coste, de la misma manera que está teniendo un coste la transformación digital de las empresas”.
No obstante, De la Nava matiza que a unas empresas les costará más (económicamente) que a otras. Por ejemplo, en una empresa de extracción como es Repsol, “la estructura productiva requiere de grandes cambios y todos los procesos son caros”. Mientras que por otro lado, hacer que una empresa financiera sea más sostenible implica unos gastos menores.
Boronat insiste en que la inversión en sostenibilidad tiene un retorno y coincide con el profesor del CEF que “un claro retorno reputacional ya que cada vez más estudios demuestran que el nuevo consumidor prefiere relacionarse con empresas con la que comparte valores y que van más allá del puro beneficio”. Matiza que también lleva un beneficio económico, porque ese compromiso que se establece con el consumidor supone mayor consumo/uso y, por tanto, mayor beneficio y porque buena parte de las políticas de sostenibilidad. Para ello, las empresas tendrán que invertir como están haciendo para afrontar la transformación digital.
Más allá del coste económico está también el cambio de mentalidad de directivos y empleados y eso suele llevar adjunto unos costes, en especial formativos y de cambios de hábitos.
Para Javier de la Nava, los gobiernos tienen que asumir sus responsabilidad en este asunto y tratar de consensuar aquellos aspectos que sin poner de cara a la pared a las propias empresas puedan hacer que sus estructuras sean más sostenibles y por tanto que el conjunto de la sociedad esté en mejor situación. Aquellas empresas que antes que el resto de los pasos adelante en esta materia “tendrán un beneficio no solo en la propia sostenibilidad, sino también en cuanto a su propia reputación y siempre cuanto mayor reputación, mayor potencial de ventas”, concluye el profesor del CEF.
Los grandes fondos apuestan por la sostenibilidad y la transparencia
Los grandes fondos soberanos también muestran el camino del futuro sostenible. El Fondo Noruego de Pensiones, considerado el mayor fondo soberano del mundo, empujará a las empresas cotizadas a que reporten regularmente más información, cuantitativa y de forma estandarizada, sobre sus políticas ambientales, sociales y de gobierno.
El informe de sostenibilidad del Fondo, que participa en 9.200 cotizadas del mundo, detalla que el año pasado mantuvo 3.412 reuniones con 1.474 compañías, frente a las 3.256 de 2018, intensificando la labor que ya realiza para que avancen en materia de sostenibilidad y gobierno. Ya fue pionero en impulsar que redujeran sus emisiones o vigilasen los derechos humanos de su cadena de suministro, la composición de sus consejos de administración o las remuneraciones de la alta dirección, una tendencia a la que se están sumando otros inversores institucionales.
En sus reuniones, por ejemplo, preguntó a Amazon sobre su nueva política de derechos humanos; o a Citigroup y otros trece bancos sobre los sistemas implementados para evitar el blanqueo de capitales, después de los escándalos que el año pasado involucraron a entidades como Swedbank o Danske Bank, según informa Financial Times. Mantuvo, asimismo, reuniones, con General Electric o Microsoft sobre los sueldos de los directivos; con Toyota o Volkswagen sobre su abastecimiento de cobalto; o con la firma de confitería Hershey sobre el posible uso de mano de obra infantil o el impacto de la cadena de suministro de cacao en la deforestación de los bosques.
“Hemos pedido en los últimos años a las empresas que pasen de las palabras a los números en sus informes de sostenibilidad”,
“Hemos pedido en los últimos años a las empresas que pasen de las palabras a los números en sus informes de sostenibilidad”, afirmó Yngve Slyngstad, primer ejecutivo de Norges Bank Investment Management (Nbim), la gestora del Fondo. “Deseamos ver informes más relevantes y comparables para que nosotros, como inversores, podamos analizar su exposición a los riesgos de sostenibilidad”, añadió. El Fondo emitirá una serie de documentos sobre temas importantes, como la composición del consejo, las retribuciones, los derechos humanos y las medidas anticorrupción, según Carine Smith Ihenacho, directora de gobierno corporativo de Nbim.
Los nuevos informes de sostenibilidad de las empresas deberían utilizar, según el Fondo, estándares establecidos de divulgación, como Global Reporting Initiative (GRI), las Normas Contables de Sostenibilidad (SASB), o CDP para temas medioambientales. Además, el Fondo, que publica los votos que emite sobre los puntos del orden del día de las juntas anuales tras su celebración, cambiará su estrategia y a partir de 2022 anunciará su intención de voto con antelación a la reunión, como hacen asesores de voto como ISS o Glass Lewis.
Por su parte BlackRock, el gestor de fondos más grande del mundo con 7.000 millones de dólares en activos, anunció en enero de 2020 que duplicará la cantidad de fondos negociados en Bolsa enfocados a la sostenibilidad para aumentar en diez veces sus activos sostenibles, de 90.000 millones de dólares a un billón en una década. Su presidente ejecutivo Larry Fink advirtió por carta a sus clientes que el cambio climático representaba un riesgo para los mercados a diferencia de cualquier crisis anterior. Otros economistas en España como José Martín Moisés Martin Carretero llevan años proclamando las bondades y la oportunidad de las inversiones con impacto como herramienta para generar un nuevo círculo virtuoso de crecimiento sostenible. El mensaje es claro, las inversiones sostenibles además de rentables nos hacen más resilientes.
Fuentes: Propia, Expansión y ByzNess
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