Jeremy Rifkin, el agitador de la economía verde 0 2513

Jeremy Rifkin

Rifkin (Denver, 1945) es un sociólogo que lleva décadas anticipando el progreso de la sociedad industrial hacia modelos más sostenibles. Ha escrito más de veinte libros dedicados a proponer modelos económicos y sociales que garanticen nuestra pervivencia en el planeta en equilibrio con el medio ambiente. Su último libro “El Green New Deal Global” es un alegato para dar un nuevo impulso a la economía verde apostando por las energías renovables y las redes inteligentes. Extracto de su entrevista en la revista Telos:

Usted plantea un cambio radical en la forma de ser y de estar en el mundo. ¿Por dónde empezamos?. Tenemos que empezar con la manera en la que organizamos nuestra economía, nuestra sociedad, nuestros gobiernos; por cambiar la forma de ser en este planeta. La nuestra es la civilización de los combustibles fósiles. Se ha cimentado durante los últimos 200 años en la explotación de la Tierra. El suelo se había mantenido intacto hasta que empezamos a excavar los cimientos de la Tierra para transformarlo en gas, petróleo y carbón. Y pensábamos que la Tierra permanecería allí siempre, intacta. Hemos creado una civilización entera basada en el uso de los fósiles: nuestros pesticidas, nuestros materiales de construcción, los aditivos, los conservantes, nuestros productos farmacéuticos, nuestros embalajes, nuestros transportes… Hemos utilizado tantos recursos que ahora estamos recurriendo al capital de la Tierra en vez de obtener beneficios de ella. Estamos usando una Tierra y media cuando solo tenemos una. A día de hoy, hemos perdido el 60 por ciento de la superficie del suelo del planeta; ha desaparecido y se tardará miles de años en recuperarlo.

¿Qué les diría a quienes creen que es mejor vivir el momento, el aquí y el ahora, y esperan que en el futuro vengan otros para arreglarlo? .

Estamos realmente ante un cambio climático, pero también a tiempo de cambiarlo. Es devastadoramente importante entender qué significa el cambio climático: toda la especie humana debe estar preparada para modificar nuestra manera de vivir y así preservar la existencia de nuestra especie y la del resto de criaturas que viven en la Tierra. El cambio climático provocado por el calentamiento global y las emisiones de CO2 altera el ciclo del agua de la Tierra. Somos el planeta del agua, nuestro ecosistema ha emergido y evolucionado a lo largo de millones de años gracias al agua. El ciclo del agua permite vivir y desarrollarse. Y aquí está el problema: por cada grado de temperatura que aumenta como consecuencia de las emisiones de gases de efecto invernadero, la atmósfera absorbe un siete por ciento más de precipitaciones del suelo y este calentamiento las fuerza a caer más rápido, más concentradas y provocando más catástrofes naturales relacionadas con el agua. Por ejemplo, grandes nevadas en invierno, inundaciones en primavera por todas las partes del mundo, sequías e incendios en toda la temporada de verano y huracanes y tifones en otoño barriendo nuestras costas.

Las consecuencias se irán agravando con el tiempo… Nos enfrentamos a la sexta extinción y la gente ni siquiera lo sabe. Dicen los científicos que van a desaparecer la mitad de todos los hábitats y animales de la Tierra en ocho décadas. Ese es el marco en el que estamos, nos encontramos cara a cara con una extinción en potencia de la naturaleza para la que no estamos preparados. 50 estados, 29 han desarrollado planes para el desarrollo de energías renovables y están integrando la energía solar. El año pasado en la conferencia europea por la emergencia climática, las ciudades estadounidenses declararon una emergencia climática y ahora están lanzando su Green New Deal. Están sucediendo bastantes cambios en Estados Unidos. Si tuviéramos una Casa Blanca diferente sería genial pero, aún así, esta Tercera Revolución Industrial está emergiendo en la UE y en China y ha comenzado en California, en el estado de Nueva York y en parte de Texas.

¿Cuáles son los componentes básicos de esos cambios tan relevantes en diferentes regiones del mundo?. La nueva Revolución Industrial trae consigo nuevos medios de comunicación, energía, medios de transporte y logística. La revolución comunicativa es Internet, como lo fueron la imprenta y el telégrafo en la Primera Revolución Industrial en el siglo XIX en Reino Unido o el teléfono, la radio y la televisión en la segunda revolución en el siglo XX en Estados Unidos. Hoy tenemos más de 4.000 millones de personas conectadas y pronto tendremos a todos los seres humanos comunicados a través de Internet; virtualmente todo el mundo ahora está digitalizado, está conectado. En un periodo como el que vivimos, las tecnologías nos permiten integrar a un gran número de personas en un nuevo marco de relaciones económicas. El Internet del conocimiento se combina con el Internet de la energía y con el Internet de la movilidad. Estos tres Internet crean la infraestructura de la Tercera Revolución Industrial. Estos tres Internet convergerán y se desarrollarán sobre una infraestructura de Internet de las cosas que reconfigurará la forma en que se gestiona.

¿Cuán grave es esa emergencia global? ¿cuánto tiempo nos queda?. No lo sé. He sido parte de este movimiento en favor del cambio desde los años 70 y creo que se nos ha pasado el tiempo que necesitábamos. Nunca volveremos dónde estábamos, a la buena temperatura, a un clima adecuado, … El cambio climático va a estar con nosotros por miles y miles de años; la pregunta es: ¿podemos nosotros, como especie, ser resilientes y adaptarnos a ambientes totalmente distintos y que nuestros compañeros en la Tierra puedan tener también la oportunidad de adaptarse? Si me preguntas cuánto tiempo nos llevará cambiar a una economía no contaminante, nuestros científicos en la cumbre europea del cambio climático en 2018 dijeron que nos quedaban 12 años; ya es menos lo que nos queda para transformar completamente la civilización y empezar este cambio. La Segunda Revolución Industrial, que provocó el cambio climático, está muriendo. Y es gracias al bajo coste de la energía solar, que es más rentable que el carbón, el petróleo, el gas y la energía nuclear. Nos estamos moviendo hacia una Tercera Revolución Industrial.

¿Cuáles son los componentes básicos de esos cambios tan relevantes en diferentes regiones del mundo?. La nueva Revolución Industrial trae consigo nuevos medios de comunicación, energía, medios de transporte y logística. La revolución comunicativa es Internet, como lo fueron la imprenta y el telégrafo en la Primera Revolución Industrial en el siglo XIX en Reino Unido o el teléfono, la radio y la televisión en la segunda revolución en el siglo XX en Estados Unidos. Hoy tenemos más de 4.000 millones de personas conectadas y pronto tendremos a todos los seres humanos comunicados a través de Internet; virtualmente todo el mundo ahora está digitalizado, está conectado. En un periodo como el que vivimos, las tecnologías nos permiten integrar a un gran número de personas en un nuevo marco de relaciones económicas. El Internet del conocimiento se combina con el Internet de la energía y con el Internet de la movilidad. Estos tres Internet crean la infraestructura de la Tercera Revolución Industrial. Estos tres Internet convergerán y se desarrollarán sobre una infraestructura de Internet de las cosas que reconfigurará la forma en que se gestiona toda la actividad en el siglo XXI. Todo estará conectado. En la era de las tres Internet y el Internet de las cosas, los sensores se integrarán en cada dispositivo, lo que les permitirá comunicarse entre sí y con los usuarios de Internet, proporcionando datos actualizados sobre la gestión de la actividad económica y otras actividades de nuestra sociedad.

¿Qué papel van a jugar los nuevos agentes económicos en la formación de ese nuevo modelo económico y social?. Estamos creando una nueva era llamada glocalización. La tecnología cero emisiones de esta tercera revolución será tan barata que nos permitirá crear nuestras propias cooperativas y nuestros propios negocios tanto física como virtualmente. Las grandes compañías desaparecerán. Algunas de ellas continuarán pero tendrán que trabajar con pequeñas y medianas empresas con las que estarán conectadas por todo el mundo. Estas grandes empresas serán proveedoras de las redes y trabajarán juntas en lugar de competir entre ellas. En la primera y en la segunda revolución, las infraestructuras se hicieron para ser centralizadas, privadas. Sin embargo, la tercera revolución tiene infraestructuras inteligentes para unir el mundo de una manera glocal, distribuido, con redes abiertas.

Uno de los principales frenos es el miedo a perder el empleo. Usted ha proclamado el fin del trabajo y la sociedad empática al mismo tiempo. ¿Deberíamos ir pensando en desarrollar actividades para el bien común que sustituyan al tradicional concepto de trabajo de la era industrial?. Escribí el libro sobre el final del trabajo en 1995 y lo que afirmo es que hemos aprendido a crear estructuras inteligentes para cambiar la economía. Una vez empecemos a desarrollar estas infraestructuras nos llevará unos 30 ó 40 años. Esa infraestructura inteligente manejará la economía con muy poca supervisión humana; serán algoritmos los que dirijan. Sin embargo, en estos 40 años entre el presente y ese futuro, se necesitará una gran cantidad de mano de obra para construir las infraestructuras, ya que ni los robots ni la inteligencia artificial pueden poner los cables debajo del suelo para permitir la comunicación. Los humanos sí. Las nuevas infraestructuras de comunicación, de energía y de transporte requerirán profesionales. Ahora bien, una vez que el sistema se desarrolle y sea dirigido por fuerzas inteligentes, el empleo va a migrar a una economía social. La razón es que este es un sector que requiere humanos, las máquinas son complementos.

¿Cree que cuando esos jóvenes tomen las decisiones evolucionaremos hacia un modelo más sostenible?. La gente joven tiene que sustituir a los funcionarios, a los políticos, ya que nadie puede entender mejor que ellos lo que hay que hacer. Los jóvenes meten presión porque lo primero que ven es que los mayores tienen otras inquietudes. Cuando los jóvenes reclaman a los políticos, lo primero que ven es que son más mayores y que velan por sus propios intereses. Los jóvenes van a ser los que van a tener que enfrentarse a la extinción. Por eso necesitamos a las generaciones más jóvenes, que vean el problema climático y se preocupen por esta extinción, tanto de la especie humana como de las demás criaturas en la Tierra; que quieran cambiarlo todo de una manera que nunca antes se ha visto, y tenemos que hacerlo ahora y rápido; poner en marcha los proyectos y utilizar todo ese dinero proveniente de la industria fósil; poner en marcha la Tercera Revolución Industrial y cambiar el mundo; utilizar a los desempleados para desarrollar las nuevas infraestructuras que la hacen posible y crear una nueva era en la historia. Es difícil imaginar que sea posible, pero lo es, está en la mano de las nuevas generaciones.

¿De qué forma la tecnología es determinante para cambiar el rumbo?. Nunca he sido optimista y nunca seré pesimista. Como activista siempre tengo esperanza, pero no soy ingenuo. Si me preguntas si podremos hacer esta transición, sí es posible, pero ya es demasiado tarde. Ahora tenemos que confiar en lo mejor del ser humano para poder cambiar rápidamente. Hay periodos negros en la historia, pero también hay periodos revolucionarios. Tenemos a nuestro alcance los medios para sobrevivir y por eso en las épocas negras las sociedades no colapsan. En la Primera Revolución Industrial creamos conexiones complejas con el telégrafo; luego tuvimos nuevas energías como el carbón, que permitió el desarrollo de locomotoras; un tercio de la Tierra se convirtió en ciudades y se crearon universidades para preparar a la gente. Y todo se hizo en 30 años. La segunda revolución llevó 25 años. La Tercera Revolución Industrial podría llevar 20 años: diez para desarrollar las zonas urbanas y otros diez para extenderse por el mundo. Se podría llegar en el 2040 a una sociedad de emisión cero, ahora que la energía solar es más barata que los combustibles fósiles y más barata que la energía nuclear.

¿Cree que el manifiesto de la Business Roundtable o Davos 2020 reflejan un cambio real en las empresas y entre los inversores?. Trabajo con grandes empresas de todo el mundo, nos encontramos ahora mismo en un momento de transición, todo se está moviendo muy rápido, va a cambiar la naturaleza de los sistemas económicos de una manera fundamental y necesitamos que las compañías se muevan. Ya hay gente movilizándose por este cambio, pero tiene que ser un cambio más radical. Necesitamos más gente que se mueva. Esta transformación en el sistema económico nos permitirá evolucionar a un futuro más sostenible de emisión cero.

Las grandes compañías ya están empezando a poner en marcha este sistema, pero se necesitan las manos de los más jóvenes. Como activista siempre tengo esperanza, pero no soy ingenuo. Si me preguntas si podremos hacer esta transición, sí es posible, pero ya es demasiado tarde. Ahora tenemos que confiar en lo mejor del ser humano para poder cambiar rápidamente. Hay periodos negros en la historia, pero también hay periodos revolucionarios. Tenemos a nuestro alcance los medios para sobrevivir y por eso en las épocas negras las sociedades no colapsan. En la Primera Revolución Industrial creamos conexiones complejas con el telégrafo; luego tuvimos nuevas energías como el carbón, que permitió el desarrollo de locomotoras; un tercio de la Tierra se convirtió en ciudades y se crearon universidades para preparar a la gente. Y todo se hizo en 30 años. La segunda revolución llevó 25 años. La Tercera Revolución Industrial podría llevar 20 años: diez para desarrollar las zonas urbanas y otros diez para extenderse por el mundo. Se podría llegar en el 2040 a una sociedad de emisión cero, ahora que la energía solar es más barata que los combustibles fósiles y más barata que la energía nuclear.

Para leer la entrevista completa: Revista Telos

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