Los ecosistemas de impacto como herramienta de cambio real hacia la sostenibilidad 0 2066

impacto social

No sabemos qué preguntas necesitaremos responder en las próximas décadas, pero sí que la mayoría de las respuestas las encontraremos en la biología, puesto que si el gran reto del siglo XXI es transicionar hacia la sostenibilidad, el mejor ejemplo es aquel que nos da la propia Naturaleza.

Corría octubre de 2019 cuando esta reflexión que comienza el artículo sobrevoló el encuentro anual de Impact Hub, la comunidad de emprendedores sociales más distribuida del mundo, con más de 100 hubs en los cinco continentes.

Es entonces cuando los hubs ibéricos (Barcelona, Donostia-San Sebastián, Madrid, Málaga, Lisboa y Zaragoza) decidimos profundizar sobre la noción de “ecosistema” como contexto o conjunto de premisas. Pero, ¿por qué razón? Primero, porque si los resultados del crecimiento que vemos actualmente son inadecuados –cambio climático, injusticia social, etc.–, el error es quizás centrarse en diseñar un crecimiento diferente bajo las mismas condiciones.

Hay que dar un paso atrás y entender el conjunto de premisas: las características del hábitat. Segundo, porque los ecosistemas son fuente de vida tanto en la naturaleza como en la economía. Un ecosistema genera fortaleza desde la interdependencia, permite a su hábitat aunar fuerzas en pos del bien común, es tan rico como diverso consigue ser, construye resiliencia y se dota de mecanismos de defensa hacia el exterior que a la vez funcionan como cuidados hacia su interior.

Sin embargo, sus fortalezas son tan robustas como frágiles son sus equilibrios. Estudiarlos, comprenderlos, protegerlos y enriquecerlos para que creen más vida y de mejor calidad no es sólo primordial en la naturaleza, sino también lo es para la economía.

Así, y tras más de un año de trabajo, este proyecto colaborativo entre los diferentes Impact Hubs ibéricos culminó con el Índice de Ecosistemas de Impacto 2020, el primer informe que define, mide y establece un ranking de los ecosistemas de emprendimiento de impacto más vibrantes del país.

Del mismo modo que el ecosistema del Amazonas es completamente diferente al del desierto del Sahara -en ambos se da la vida, pero son muy diferentes una de la otra-, los ecosistemas de emprendimiento en España presentan aspectos desiguales, como demuestra el análisis realizado. Su conjugación se ha realizado a través de una visión holística y multicapa: hasta ahora, la aproximación a los ecosistemas de emprendimiento se había hecho principalmente desde el prisma económico.

La aportación de Impact Hub ha sido incluir en mismo nivel de importancia a las esferas socio-cultural y medioambiental, que terminan conformando el modelo junto a la capa económico-empresarial. Este análisis desarrollado por el Índice de Ecosistemas de Impacto permite bucear a fondo por los ecosistemas de emprendimiento del país, así como hacer varias reflexiones que creemos fundamental tratar aquí.

El crecimiento bajo el modelo económico y social actual es directamente proporcional al deterioro del medio ambiente en el que se da. A mayor desarrollo económico y social, mayor presión hacia el medio ambiente

La primera es que si abordamos los ecosistemas de emprendimiento desde una mera dimensión económica, las conclusiones que obtengamos serán erróneas. El estudio demuestra que los ecosistemas son complejos, holísticos y sus premisas están profundamente interrelacionadas: incorporar las dimensiones social y medioambiental será fundamental para hacer un correcto diagnóstico, y estas deben situarse al mismo nivel que la económica.

La segunda reflexión se deriva precisamente de esta aproximación. El estudio prueba que el crecimiento bajo el modelo económico y social actual es directamente proporcional al deterioro del medio ambiente en el que se da. A mayor desarrollo económico y social, mayor presión hacia el medio ambiente. Sin embargo, el emprendimiento de impacto rompe esta relación tóxica mediante una perspectiva que integra el crecimiento a través de la sostenibilidad como piedra angular.

La tercera es que los ecosistemas mejor valorados no son necesariamente los territorios más grandes o poblados. Territorios más rurales o sin grandes urbes puntúan de manera muy alta y distribuida, y favorecen así el emprendimiento de impacto. La prueba de ello es que el ranking es liderado por el ecosistema de Araba, por delante de Madrid y Barcelona, en segunda y quinta posición, respectivamente.

La cuarta conclusión pone el acento en la conectividad. Los ecosistemas mejor conectados con el exterior son los más ricos e innovadores. A su vez, los más interrelacionados y con lazos internos estables son los que colaboran y cooperan más y generan mayor resiliencia. Así, es necesario fomentar redes, programas y proyectos que permitan conectar más y mejor a los ecosistemas. Todos puntúan peculiarmente bajo respecto a esta característica, fundamental para el desarrollo y la amplificación de los ecosistemas de emprendimiento.

Los ecosistemas de impacto son una vía real, cuantificable y precisa de desarrollar un modelo de desarrollo territorial sostenible, inclusivo y resiliente que permita utilizar la economía para poner en el centro al medio ambiente y también a las personas. Un modelo que queremos difundir como herramienta de trabajo y que sea utilizado en abierto por cualquier organización, entidad, administración o grupo de personas que lo considere útil para mejorar el ecosistema de su región.

Alonso de la Fuente, Head of Ecosystem Development, Impact Hub Madrid.

Para saber más: https://ecosistemas.deimpacto.net/

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