La financiación sostenible en la transición energética hacia la descarbonización a 2050 0 2057

Primera emisión de bonos sociales de la UE: interés de los inversores - SOSTENIBLES

Las finanzas sostenibles emergen como un actor ineludible en el objetivo de la descarbonización para 2050. Integran criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en la toma de decisiones de negocio para desarrollar el capital físico, humano y tecnológico sin reducir el capital natural, atendiendo también al impacto social. Alinear esfuerzos y la colaboración entre los actores es clave para el éxito.

La financiación sostenible es una herramienta fundamental para transformar el modelo de negocio de las empresas que operan en el sector de la energía y dar respuesta a la transición energética. Así lo han constatado diversos expertos como Concha Iglesias JiménezOliverio Alvarez Alonso y Fernando Foncea, autores del informe ‘El papel de las Finanzas Sostenibles en el sector de la energía’, elaborado por Deloitte.

Las finanzas sostenibles serán imprescindibles para reorientar los flujos de capital hacia los objetivos de descarbonización y sostenibilidad, y el sector de la energía es protagonista de dicha transición.

La sostenibilidad se ha convertido así en un pilar fundamental para la creación de valor futuro en las empresas. La rentabilidad de las compañías ahora va más allá de los balances trimestrales y de la cuenta de resultados. El impacto de los negocios en el medio ambiente y la sociedad ahora cuenta más.

Entre los sectores estratégicos para ello, el sector energético juega un papel clave en la transición hacia un desarrollo económico, ambiental y socialmente sostenible. Este informe, realizado por Naturgy y Deloitte, muestra cómo la industria de la energía debe ser consciente de su función en este gran desafío.

La sostenibilidad como oportunidad

La ONU estima que los planes de desarrollo sostenible pueden generar, al año, más de 12 billones de dólares en oportunidades de inversión y más de 380 millones de nuevos puestos de trabajo en todo el mundo. Para apoyar estos esfuerzos, la Comisión Europea prevé movilizar en los próximos años al menos un billón de euros durante la próxima década.

En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 ha cuantificado la inversión de más de 241 mil millones de euros en la próxima década en proyectos de desarrollo sostenible orientados al impacto en el medio ambiente.

Las empresas energéticas, como agentes fundamentales de esta transformación, tienen un papel transversal, pues pueden generar impactos positivos desde sus núcleos de negocio y pueden ayudar a otros sectores a dar un paso en materia ambiental y social. La incorporación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 serán la piedra angular para alcanzar un desarrollo sostenible.

En materia energética es necesario reorientar los flujos financieros para generar un impacto sostenible.

El papel de las finanzas sostenibles

Las finanzas sostenibles son aquellas inversiones que tienen en consideración aspectos financieros, como la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, además de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG por sus siglas en inglés).

Según MSCI, este tipo de finanzas tiene un menor nivel de exposición al riesgo y ofrece mayores dividendos, aunque esté en pleno despegue. En 2020 la deuda sostenible aumentó interanualmente un 29,5%, hasta llegar a los 732.100 millones de euros. Solo en España, se alcanzaron los 33.026 millones de euros en financiación sostenible el año pasado, un 45% más que en 2019.

Ahora bien, en materia energética es necesario reorientar los flujos financieros para generar un impacto sostenible. Por ejemplo, para cumplir los objetivos marcados por el European Green Deal (Neutralidad de gases de efecto invernadero en 2050) haría falta una inversión superior a 1 billón de euros entre 2021 y 2030. Es aquí donde las finanzas sostenibles adquieren mayor relevancia.

Regulación y sostenibilidad

Si algo ha impulsado las finanzas sostenibles en el mundo y en el sector energético es la regulación. Los organismos que tienen a su cargo la estabilidad del sistema financiero y el fomento de la transparencia en el mismo han visto en este tipo de instrumentos una posibilidad para abordar los grandes problemas mundiales desde su sector.

Por ejemplo, la definición del Plan de Acción de Finanzas sostenibles de la Comisión Europea en 2018 es una hoja de ruta sobre las acciones a realizar para lograr un modelo financiero sostenible, seguro, estable y transparente. Este tipo de iniciativas ha llevado a crear un ecosistema más propio para desarrollar negocios sostenibles o con fundamentos ESG.

El desarrollo del plan de acción de la Comisión Europea en materia de regulación establece tres grandes objetivos:

Reorientar los flujos de capital hacia inversiones sostenibles a fin de alcanzar un crecimiento sostenible e inclusivo.

Gestionar los riesgos financieros derivados del cambio climático, el agotamiento de los recursos y la degradación del medio ambiente.

Fomentar la transparencia y el largo plazo en las actividades financieras y económicas.

Más de un tercio de las actividades consideradas como potencialmente verdes por la Taxonomía de la UE pertenecen al sector de la energía.

En definitiva, se estima que el empleo generado por el sector energético alcanza los 58 millones de personas a nivel mundial.

Del total, la mitad corresponde a industrias de combustibles fósiles. De allí que sea inevitable que la transición a energías renovables se haga de forma balanceada y ordenada, para mitigar los impactos del negocio y de los sectores interrelacionados.

El sector energético tiene así una gran responsabilidad y una oportunidad. La financiación sostenible jugará un papel ineludible en la transición energética hacia la descarbonización a 2050.

Para saber más: El papel de las finanzas sostenibles en el sector de la energía


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