El papel de la regulación en el impulso de las finanzas sostenibles 0 2525

La regulación en materia de sostenibilidad, tanto europea como nacional, ha acelerado la rendición de cuentas de las empresas en cuestiones ASG (Ambientales, Social y de Gobernanza), a la vez que ha impulsado las finanzas sostenibles. Así se ha puesto de manifiesto en la jornada virtual ‘Las finanzas sostenibles en el ámbito empresarial.

La jornada “Avances regulatorios en el marco de la Unión Europea” organizada por el Pacto Mundial de Naciones Unidas en España y Spainsif, se ha sustentado en aspectos como el Reglamento (UE) 2019/2088 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de noviembre de 2019 sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros, que ha entrado en vigor el pasado 10 de marzo; la taxonomía verde que identifica las actividades consideradas como ambientalmente sostenibles; el posible desarrollo de la taxonomía social que la Comisión Europea empezará a abordar a finales de 2021.

La próxima renovación de la Directiva de gobierno corporativo o el sello Ecolabel, en el que también se está trabajando desde el Centro de Investigación de la Comisión, están influyendo en el cambio de paradigma de la gestión empresarial hacia criterios en los que priman más que nunca la gestión responsable, el impacto de las compañías en la sociedad y la inversión responsable.

Durante la inauguración de la jornada, Clara Arpa, presidenta de Pacto Mundial de Naciones Unidas en España, ha valorado “la necesidad de dos palancas adicionales para que las finanzas sostenibles continúen creciendo exponencialmente: por un lado, impulsar un papel protagonista y transformador del conjunto del sector empresarial y, por otro, invertir de forma adecuada los fondos para la recuperación que están llegando desde Europa. Estas dos palancas pueden además ir de la mano”

Por su parte, Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, ha destacado la capacidad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para involucrar a las empresas, a los gobiernos y a la sociedad, y ha añadido que “el 2030 es un primer hito en el camino hacia un objetivo climático de más largo plazo: conseguir que la UE sea neutra en carbono en 2050, para lo que será imprescindible la financiación privada”.

La jornada ha contado con la participación de Marcel Haag, director de Políticas Horizontales de la Dirección General de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales (DG FISMA) de la Comisión Europea, quien ha destacado el papel del regulador europeo, que “está desarrollando herramientas, marcos y sistemas para que el sector financiero pueda incorporar la sostenibilidad a su actividad, junto con las expectativas de mercado; y busca establecer criterios basados en ciencia, robustos y fiables para identificar cómo las actividades pueden hacer una contribución sustancial a los objetivos de sostenibilidad”.  Como uno de los hitos más próximos en el tiempo, ha mencionado la próxima publicación de la actualización de la NFRD, que será “fundamental para el éxito de la agenda europea de finanzas sostenibles”.

Los paneles de expertos han analizado cómo la regulación ha impulsado en las empresas cotizadas la información en materia de sostenibilidad, que ahonda en la transparencia y rendición de cuentas, y que con la Ley 11/2018 en materia de información no financiera y diversidad se ampliará a las empresas con más de 250 empleados.

Todos han coincidido en asegurar que las exigencias en sostenibilidad mejoran el compromiso de las empresas con los grupos de interés y el entorno.

Igualmente se han examinado los avances regulatorios en finanzas sostenibles en el sector financiero, y todos los participantes han valorado que el Reglamento (UE) 2019/2088, sobre divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (conocido por sus siglas en inglés, SFDR) ha supuesto un cambio sustancial en el mundo de la inversión sostenible al que todavía se están adaptando las entidades bancarias, intermediarios (gestoras de activos, fondos de pensiones de empleo, entidades aseguradoras y proveedores de productos) y asesores financieros, pero que sin duda supone un punto de inflexión en la gestión de riesgos y promoción de los productos bajo el paraguas de las finanzas sostenibles.

Finalmente, han considerado que el posible desarrollo de una Taxonomía social ligada a la Taxonomía verde de la Comisión Europea, y del Ecolabel, etiqueta que servirá para destacar los productos financieros sostenibles, ayudaría a que las finanzas sostenibles sigan ganando peso y repercutiendo positivamente en los mercados de capitales y las prácticas empresariales.

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