La Presidencia portuguesa de la UE ha impulsado una conferencia de alto nivel en el contexto de la Cumbre Social de Oporto para impulsar el programa europeo de política social para la próxima década. El objetivo es hacer frente a los desafíos presentes y futuros socio-económicos sin que nadie se quede atrás.
La UE proclamó el pilar europeo de derechos sociales en 2017. El pilar establece veinte principios clave para guiarnos hacia una Europa social fuerte que sea justa, integradora y plena de oportunidades en el siglo XXI. La Cumbre de Oporto debe ser un punto de inflexión para aplicar los 20 principios anunciados en el pilar social europeo hace ya tres años y pasar de las palabras a la acción con un plan integral, hecho de medidas legislativas y un fuerte compromiso político al más alto nivel.
La pandemia del coronavirus ha mostrado la urgencia de su implementación, para lo que mecesitamos un calendario claro con la vista puesta en 2030. En marzo de 2021, la Comisión Europea presentó un plan de acción para la aplicación del pilar europeo de derechos sociales. El plan de acción propone una serie de iniciativas y fija tres objetivos principales que deben alcanzarse en toda Europa de aquí a 2030:
-una tasa de empleo de al menos el 78 % en la Unión Europea;
-que cada año al menos el 60 % de los adultos asistan a cursos de formación;
-reducir en al menos quince millones el número de personas en riesgo de pobreza o de exclusión social, incluidos cinco millones de menores.
Los debates han girado en torno a tres ámbitos principales: el trabajo y empleo;, las capacidades e innovación; y el estado del bienestar y protección social. Los países europeos en Oporto han suscrito los 3 objetivos principales para 2030 establecidos en el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales de la Comisión en un compromiso social de Oporto conjunto:
1) Al menos el 78 % de las personas de entre 20 y 64 años debe tener trabajo.
2) Al menos el 60 % de los adultos debe participar en actividades de formación cada año.
3) El número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social debe reducirse en al menos 15 millones, entre las que en encuentren, como mínimo, 5 millones de niños.
Este compromiso fue asumido colectivamente en la Cumbre Social de Oporto por la presidenta de la Comisión Europea, el presidente del Parlamento Europeo, el primer ministro portugués, que ejerce actualmente la Presidencia del Consejo de la UE, los interlocutores sociales europeos y las organizaciones de la sociedad civil. Además, se comprometieron a hacer todo lo posible para construir una Europa más inclusiva y más social y reforzaron el compromiso de transformar sus principios en acciones para poner en marcha una recuperación fuerte, justa y que genere empleo.
La Cumbre Social de Oporto ha llegado en un momento crucial para los derechos sociales en Europa. La propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado: «Los objetivos sociales de Europa deben ir de la mano de sus objetivos ecológicos y digitales. Queremos aproximarnos al pleno empleo, facilitar que más europeos tengan acceso a las capacidades que necesitan y garantizar la igualdad de oportunidades para todos los europeos en una economía más digital y sostenible. La Cumbre Social de Oporto es nuestro compromiso conjunto de construir una Europa social que sea adecuada para los tiempos que corren y que funcione para todos».
El primer ministro portugués António Costa , uno de los principales impulsores de la Cumbre , ha declarado: «El compromiso de Oporto es un compromiso con el futuro y con la esperanza. Hoy hemos llegado a la conclusión de que solo tendremos unas sociedades más prósperas y justas si, además de cumplir los objetivos climáticos y digitales que nos hemos fijado, aplicamos nuestro pilar social».
Tiempo de actuar
La UE tiene ante sí el gran reto de pasar de las grandes declaraciones a la acción. En el compromiso conjunto, los signatarios acogen favorablemente el Plan de Acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales, presentado por la Comisión a principios de marzo y que establece acciones concretas para seguir aplicando los 20 principios del pilar.
También propone objetivos principales para el empleo, las capacidades y la inclusión social a escala de la UE, que deberán alcanzarse de aquí a 2030. El Plan de Acción ayudará a Europa a afrontar las transformaciones derivadas de los nuevos avances sociales, tecnológicos y económicos, así como de las consecuencias socioeconómicas de la pandemia. Contribuirá a garantizar que nadie se quede atrás en la doble transición digital y climática.
Si queremos construir una Europa de la ciudadanía, los europeos y europeas deben tener cubiertas sus necesidades básicas. Solo así podrán permitirse pensar en su papel en nuestra democracia compartida.
Iratxe García, Presidenta del Grupo S&D del PE
Centrarse en el empleo, las capacidades, la lucha contra la pobreza y la reducción de la exclusión social
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto socioeconómico de gran alcance y profundidad. Hasta ahora, la respuesta colectiva de los Estados miembros y de la UE ha contribuido a preservar el empleo y los medios de subsistencia, así como a contener muchos de los efectos negativos de la pandemia. Sin embargo, es probable que el desempleo y las desigualdades persistan y aumenten. Por tanto, los participantes en la conferencia de alto nivel piden a los dirigentes de la UE que canalicen los recursos allí donde más se necesitan.
Los responsables políticos deben centrar sus esfuerzos en la recuperación del empleo y la creación de puestos de trabajo de calidad, en inversiones en el aprendizaje permanente, que permitan a las personas adquirir las capacidades nuevas o adicionales necesarias para afrontar con éxito las transiciones ecológica y digital, y en reducir la pobreza y la exclusión social promoviendo la igualdad de oportunidades para todos.
Contexto
El Parlamento Europeo, el Consejo y la Comisión proclamaron el pilar europeo de derechos sociales en 2017 en la Cumbre de Gotemburgo. El pilar establece 20 principios y derechos esenciales para el funcionamiento correcto y justo de los mercados laborales y de los sistemas de protección social de la Europa del siglo XXI. El pilar se estructura en torno a 3 capítulos:
1) igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo;
2) condiciones de trabajo justas;
3) protección e inclusión social.
Como bien escribe Iratxe García, Presidenta del Grupo S&D del Parlamento europeo: “una sociedad cohesionada debe construirse sobre la base de la justicia y la igualdad de oportunidades. Por tanto, la brecha salarial de género debe desaparecer“.
Si queremos construir una Europa de la ciudadanía, los europeos y europeas deben tener cubiertas sus necesidades básicas. Solo así podrán permitirse pensar en su papel en nuestra democracia compartida.