No hay duda del potecial y beneficios colectivos del reciclaje o de la llamada economía circular. Sin embargo en un artículo de HBR en la edición de julio / agosto de 2021, reflexiona sobre posibles efectos contraproducentes en la extensión de la vida útil de los productos, la reutilización, la reparación y el reciclaje pueden si no se usan adecuadamente y no se evalúa adecuadamente en términos de impactos ambientales y viabilidad práctica.
La transición a la llamada “economía circular” (EC) genera entusiasmo. El concepto ganó atención a finales de los años ochenta, después de que los investigadores de General Motors visualizaran por primera vez un enfoque de “ciclo cerrado” para los procesos de producción. Hoy los reguladores de muchas regiones del mundo, particularmente la UE, la están implementando activamente en sus agendas.
La Comisión Europea quiere promover una vida útil más larga de los producto con una nueva legislación, por la que los productos fabricados en la UE duren más y sean más fáciles de reutilizar, reparar y reciclar. Se quiere promover un nuevo modelo de producción, basado en la sostenibilidad medioambiental. Para ello, se da prioridad al diseño y producción con criterios de economía circular: que los residuos pasen a ser de nuevo recursos, vuelvan a la cadena de valor y no vayan al vertedero.
Entre las acciones destacanlas medidas reglamentarias para la electrónica y las TIC, incluidos teléfonos móviles, tabletas y computadoras portátiles en virtud de la Directiva de diseño ecológico, de modo que los dispositivos estén diseñados para la eficiencia y durabilidad energética, reparabilidad, capacidad de actualización, mantenimiento, reutilización y reciclaje con la adopción de medidas concretas en los sectores que utilizan más recursos y que tienen un elevado potencial de circularidad, como envases y embalajes, baterías, plásticos, alimentos y textiles, entre otros. Pretende además que el tratamiento de materias primas, su transformación, utilización y posterior desecho se haga, en la mayor medida posible, dentro de las fronteras de la UE, lo que introduce factores económicos y sociales.
Pero este enfoque no está exento de críticas. Si bien se elogian los objetivos promovidos por la CE, muchos cuestionan sus premisas fundamentales, su eficacia y su viabilidad.
Los límites de la reciclabilidad
Todos los materiales se degradan y se dispersan con el tiempo y con el uso. Recolectar productos y materiales al final de su vida útil y restaurarlos a un estado reutilizable en sí mismo requiere insumos de energía y nuevos materiales. En algunos casos, el reciclaje y la reutilización pueden tener impactos ambientales aún mayores que la producción que utiliza recursos vírgenes. Por ejemplo, el uso de hormigón triturado reciclado en cemento puede ser mejor o peor para el medio ambiente, dependiendo de las particularidades de cada situación (incluido dónde se producen los materiales y dónde se utilizan).
Dada la variedad ilimitada de productos y materiales en los desechos, ampliar las operaciones de recolección y reciclaje para devolver los materiales a su uso y propósito originales puede implicar una complejidad insuperable. La UE por sí sola ha identificado 650 tipos diferentes de residuos, muchos de los cuales son mezclas complejas de diferentes productos de cientos de productores, como en, por ejemplo, equipos electrónicos.
Los límites de la durabilidad
Los defensores de la CE argumentan que los productos deben diseñarse para ser más duraderos y que deben reutilizarse y repararse siempre que sea posible, y el reciclaje se considera solo como último recurso. Pero estas soluciones pueden tener consecuencias adversas no deseadas.
Hacer que los productos sean más duraderos tiene como objetivo prolongar su vida, reduciendo así el número total fabricado durante su vida útil. Sin embargo, los consumidores pueden estar preocupados por la moda y cansarse de un producto mucho antes de su fin de vida; la nueva tecnología puede hacer obsoletos los productos que funcionan perfectamente (servicios de transmisión de música y películas, altavoces inteligentes conectados de forma inalámbrica, sistemas domésticos conectados, etc.); la demanda del consumidor puede dictar consideraciones de tamaño o peso que impidan un diseño más eficiente. De hecho, para cumplir con los objetivos climáticos será necesario reemplazar por completo los productos donde la nueva tecnología sea más eficiente o sea parte de una infraestructura de energía renovable (como automóviles eléctricos y paneles solares).
Además, la durabilidad puede ser difícil de estimar. No hay forma de predecir con precisión o recopilar estadísticas sobre la vida útil de productos electrónicos complejos de nuevo diseño, como televisores o computadoras, por adelantado: la tasa de fallas de los circuitos electrónicos es verdaderamente aleatoria y dichos productos no pueden someterse a pruebas aceleradas.
Es cierto que la fabricación de nuevos productos suele tener mayores impactos ambientales que la reparación o reutilización de los existentes. Sin embargo, la reparación y la reutilización no siempre sustituyen la venta de nuevos productos.
Los límites de las renovables
Los defensores de la CE afirman que el enfoque regenerará la naturaleza al preservar y mejorar los recursos renovables en lugar de los no renovables. Sin embargo, los recursos renovables pueden generar impactos ambientales sustanciales por sí mismos, por lo que deben usarse con prudencia.
Por ejemplo, el uso de nutrientes de los desechos en la agricultura o en la regeneración de la naturaleza también causará daños ecológicos si se usan en exceso, como la proliferación de algas verdes que matan a los peces (eutrofización); algunos materiales renovables pueden degradarse en subproductos nocivos como desechos (como los bioplásticos oxidegradables que pronto serán prohibidos por la UE); y la quema de leña es una de las principales causas de contaminación del aire ( responsable de aproximadamente el 38% de la contaminación del aire en el Reino Unido ).
Además, el uso de energías renovables en lugar de las no renovables puede tener importantes repercusiones. Por ejemplo, la sustitución del plástico por bambú ha sido criticada por cuestiones como el uso intensivo de productos químicos.
La regeneración de los ecosistemas es un tema complejo que no se puede resolver únicamente con energías renovables. Abordar el declive de los sistemas naturales y la biodiversidad de la tierra requiere una administración cuidadosa, la conservación y la protección de vastas áreas de tierra y bosques naturales a perpetuidad.
Para profundizar en este debate:
https://hbr.org/amp/2021/06/the-limits-of-the-sustainable-economy?__twitter_impression=true&s=03