Los autores del presente artículo, hemos observado en los últimos dos años que abundan la cantidad de discursos, compromisos, planes estratégicos, acciones publicitarias en pro del cumplimiento de los ODS, pero una parte nunca han logrado transcender la acción o la estrategia.
Nos encontramos en la recta final de la implantación de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que configuran la Agenda 2030, todo un reto que debe involucrar de manera responsable tanto al ámbito público como el privado. Es importante destacar que se están dando pasos de implantación de los ODS en las estratégicas empresariales, principalmente los siguientes:
- ODS3 Salud y Bienestar.
- ODS5 Igualdad de Género.
- ODS8 Trabajo Decente y Crecimiento Económico.
- ODS9 Industria, Innovación e Infraestructura.
- ODS13 Acción por el Clima.
- ODS17 Alianzas para cumplir los Objetivos.
Los autores del presente artículo, hemos observado en los últimos dos años que abundan la cantidad de discursos, compromisos, planes estratégicos, acciones publicitarias en pro del cumplimiento de los ODS, pero una parte nunca han logrado transcender la acción o la estrategia.
No es un secreto que la Agenda 2030 promueve una guía de acción lógica adaptada a nuestro tiempo frente a las actuales problemáticas globales con su claro reflejo en la realidad local pese a todas sus diferencias y matices.
Aun así, son pocos los gobiernos locales en el sur de Europa que los están implementado, pero son muchos los que han manifestado su interés en los mismos en propuestas electorales, quizás para ganar apoyo en un sector del electorado, también hemos evidenciado que la voluntad de implementarlos va de la mano de si hay o no algún fondo de la Unión Europea, no desde los propios rendimientos locales, aunque los Fondos Next Generation pueden ser una buena oportunidad.
Aunque esto no solo se queda en el marco político, ojalá, esta situación transcienda a las empresas privadas, que algunas de ellas, se montan en la ola de la sostenibilidad para ganar posicionamiento, tener un buen marketing para segmentar el mercado y adaptarse a las nuevas exigencias.
También es resaltable que la bandera de los ODS está siendo usada de forma indiscriminada por individuos para buscar posicionarse estratégicamente en algún sector de interés personal, es decir, son un mero medio de proyección mediante una narrativa vacía de acciones, muy alejado del deber ser y la lógica por la cual fueron ideados, cuyo principal objetivo es pasar a la acción.
Pero frente a estas reflexiones que solamente pretenden abrir un interesante debate sobre la implantación de la Agenda 2030, es clave destacar que se están dando pasos importantes. Son muchas las empresas que reportan a través de la Memoria de Sostenibilidad y que se suman a las campañas promovidas por Global Compact de Naciones Unidas, que tienen como principal objetivo, conseguir la implantación de la Agenda 2030.
Lo hacen a través de los diferentes ODS y Metas, lo cual, no deja de ser una línea estratégica de diferenciación de las empresas, tanto grandes como pequeñas y sobre todo, la apertura de nuevas oportunidades, tanto de mercado, como de innovación en producto o servicio y lo más importante, de retención y de captación del talento.
Retos como la Agenda 2030 Local, donde los municipios deben empoderar en sus estratégicas de gobierno los ODS, son un claro ejemplo, de conseguir acciones que mejoren nuestro Planeta y lo más importante, que generen oportunidades de progreso entre todos los vecinos.
Desde estos artículos, ambos autores, seguiremos divulgando la importancia de los ODS, porque nos jugamos mucho como Sociedad y como generación que pretende mejorar el Planeta, por eso es clave involucrar a todos los Grupos de Interés.
Miguel Luis Lapeña Cregenzán, Microinfluencer en #RSC #ODS #Sostenibilidad y Ros Rodríguez, Politólogo – Embajador del Pacto Climático Europeo.