La bioética, bios, vida y ethos, ética. Hoy en día tenemos presente que la bioética va hoy más allá de su etimología y se preocupa de las nuevas realidades de la ciencia y la tecnología, en la medida en que estas afectan la vida de los seres vivos del planeta y la armonía medioambiental.
Según Manuel Trevijano Etcheverría en su libro ¿Qué es la bioética? Se encuentra una reflexión que quiero compartirla antes de desarrollar el articulo. “nace como una actuación multidisciplinaria cuando los científicos además de dominar y transformar la naturaleza logran un dominio y una capacidad de transformación del mismo ser humano”.
La bioética no es una nueva disciplina tecnocientífica ni una nueva ética universal, es una disciplina intelectual que logra traspasar esa noción y se ocupa no sólo de los problemas éticos derivados del desarrollo científico y tecnológico, sino también de las condiciones que hacen que el medioambiente humano sea ecológicamente equilibrado en la biodiversidad natural; y de todos los problemas éticos relacionados con el cuidado y mantenimiento de la vida y la salud, es decir se ocupa de la preservación de especie humana, de los seres vivos, de las especies vegetales y la gestión de la biosfera, para mantener y conservar la armonía medioambiental en el planeta.
Por ello podemos ubicarla dentro diferentes ramas de las ciencias, como por ejemplo dentro del concepto de salud integral entendido desde la perspectiva biológica, psicológica, social y ambiental, como el desarrollo de capacidades humanas esenciales que hagan viable una vida lo más larga, saludable y lograda para todos como sea posible.
La bioética tuvo su apogeo como disciplina en los años 70, siendo el médico estadounidense V. R. Potter el principal exponente de esta, pretende ser un puente entre el conocimiento científico y la ética. Según Potter “Una bioética global, como ciencia de la supervivencia, debe ser capaz de definir lo que está bien y lo que está mal en términos de supervivencia y protección de la biosfera” de esto podemos extraer cuatro principios que son transversales en la bioética; autonomía, caridad, no maleficencia y justicia.
A pesar de la diversidad de corrientes existentes en el área de la bioética, no encontramos ningún área que abarque una ciudadanía bioética y aspectos bioéticos en torno a la intervención de estas. Como han explicado grandes estudiosos del tema, la instalación de esta disciplina se ha extendido por todo el mundo; y, por otro lado, somos testigos privilegiados de este momento de la historia humana. Como estamos asistiendo a la aparición de una nueva mirada, producto del daño que el ser humano es capaz de causar en nuestro hogar común. Debe centrarse en poner el valor de toda la vida en el centro.
El cambio climático es una realidad, la temperatura de la biosfera se está calentando a un ritmo imparable e irreversible como consecuencia directa del impacto de la actividad humana desde la revolución industrial, y no tienen comparación con los cambios paleoclimáticos anteriores. A pesar del desarrollo tecnológico, es necesario promover una nueva forma de ver la vida que esté en armonía con la naturaleza.
Para lograr el cambio, necesitamos, como ciudadanos, profesionales y académicos, exigir que los Estados tomen la iniciativa en la creación de condiciones para el bienestar general y el desarrollo humano y sostenible. Considerando que este es un deber moral ineludible del sector público a través del desarrollo de los programas y servicios necesarios desde una perspectiva de equidad y justicia social, protegiendo y respetando la democracia, el pluralismo y la diversidad, y promoviendo la construcción de una ciudadanía participante.
Los cambios en las sociedades, no solo los producen los gobiernos, también son producto del esfuerzo de los ciudadanos. Como ciudadanos del mundo, debemos recordar las diversas luchas libradas por nuestros antepasados para que tengamos los derechos que tenemos hoy. Y luchar por los derechos y el mundo que queremos dejar a nuestros descendientes.
Rosmel Rodríguez, politólogo y Embajador del Pacto Climático Europeo.