El territorio de América Latina y Caribe es afortunado, cuanta con más de un 30 por cien de las reservas de agua dulce es decir más de una tercera parte del agua dulce del planeta y con una asignación per cápita de 22.929 m3 por persona al año, casi un 300 % por encima de la media global, pero por el contrario carece de una infraestructura de calidad con una pérdida del 40 % del agua potable que nunca llegará al usuario final.
La ineficiencia en la gestión integral del agua en América Latina hace que se extraiga más agua de las cuencas locales para cubrir el déficit, generando un círculo vicioso de uso habitual y totalmente ineficiente.
La existencia de una disparidad social latente hace que unos 166 millones de personas no tengan acceso al abastecimiento del agua y más de 443 millones de personas es decir un 69% de la población, no tiene servicios de saneamientos básicos, resultado del último estudio del Banco Mundial.
Aun siendo una de las regiones con más agua potable del planeta, la sequía es uno de los fenómenos naturales que más daños produce en Latinoamérica, aunque es el más silencioso según datos de la FAO.
En estos últimos años, América Latina y Caribe ha sufrido grandes sequías, generando pérdidas de ingresos cuatro veces mayores a las provocadas por inundaciones. En lo que va de siglo, algunos países como Brasil, Honduras, Guatemala, Ecuador, Bolivia, Chile o Perú, entre otros, se han visto afectados por las peores sequías de su historia.
Sumando al efecto de sobreexplotación de los recursos debido entre otros factores al éxodo de población hacia las grandes ciudades y una mala gestión del recurso, infraestructura sin mantenimiento, contaminación hace que la crisis hídrica sea más aguda.
Ciudades como Lima 1,7 millones de personas viven sin acceso al aguapotable en esta crisis del agua con poco margen de acción. Actualmente el 70% de los chilenos vive en territorio con escasez de agua notable. Ciudades como Mendoza en Argentina que han gozado desde siglos de reservas de agua procedentes de los Andes, presentan hoy en día situaciones de crisis hídrica alarmante. La ONU ubica a Ciudad de México y Sao Paulo entre las 10 principales urbes del mundo en las que peligra su abastecimiento.
Con todo esto en contra aparece un camino alentador que cada vez camina con más fuerza en Latinoamérica hacia un futuro sostenible y que como resultado reta para mejorar esta situación y cumplir con los objetivos recogidos en la Agenda 2030 en lo referido al agua potable y saneamiento.
Ese terremoto que ya ha hecho efecto en los países más adelantados que van abriendo camino desde hace alguna década recibe el nombre de Transformación Digital.
Tras el efecto pandemia una gran parte de la sociedad tuvo que a realizar sus deberes bajo la tutela de la responsabilidad digital obligando a una transformación nunca vivida en nuestra cadena productiva que a generado un hábito imprescindible.
La Digitalización ha dado una visión real del ahorro que supone invertir en tecnología ya que el retorno es a medio largo plazo, pero es eficaz para prevenir situaciones críticas.
Por fortuna los organismos operadores en América Latina y Caribe tiene claro que la gestión del agua y saneamiento no radica en seguir haciendo políticas tradicionales, sino que es fundamental y necesario dar un paso adelante y fomentar inversiones en la transformación digital del sector en los próximos años a numerosos retos para mejorar esta situación y cumplir con los objetivos recogidos en la Agenda 2030.
Las infraestructuras AMI, los gemelos digitales, la gestión inteligente de activos, los Sistemas de Información Geográfica, el 5G, y la Inteligencia Artificial serán las tendencias tecnológicas en la gestión del agua según los especialistas en el sector.
Tendencias a nivel mundial que traerán casos de uso innovadores con potencial para revolucionar el sector donde las empresas españolas que ya ocupan un papel importante en su internacionalización dentro del sector. El futuro depende de la transformación digital, como forma de extraer el valor de los datos y convertir la información en inteligencia de negocio.
Un aumento digital en el conjunto sumado otras herramientas y acciones impulsaron un crecimiento en 5,7 puntos porcentuales durante los últimos diez años para América Latina y el Caribe representando unos 325.000 millones de dólares en ingresos adicionales a los estimados ayudando a catalizar el proceso de modernización del sector optimizando recursos hídricos.
En todo ese proceso, el usuario final es el beneficiado y por lo tanto ayuda a cumplimentar con el objetivo de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible y tiene de meta como el objetivo 6 (Agua y Saneamiento) como así lo ratificó en su estudio el BID.
Autor: Nacho Andrés, experto en sistemas de gestión del agua.
Fuente: De estructura a servicios, DÍA 2020. BID 2020.