Las uvas para vino son un cultivo extremadamente sensible, lo que las convierte en uno de los cultivos agrícolas más vulnerables al cambio climático. Los cambios de temperatura están cambiando fundamentalmente dónde, cuándo y qué tipo de vino se puede cultivar, poniendo el futuro de las futuras generaciones de bodegueros en riesgo.
Los patrones climáticos impredecibles están afectando los cultivos, esto es, tanto la abundancia, la química y la calidad de la uva. Cada vez son más frecuentes los eventos extremos, desde sequías hasta inundaciones e incendios forestales, colocan todo cosechas—y negocios—en grave peligro.
Estas amenazas ya se han materializado y, en base a las proyecciones de los expertos, crecerá en las próximas décadas. Es imperativo una fuerte acción climática para mitigar sus efectos por parte de la comunidad vitivinícola y adaptarse a estos impactos.
El sector vitivinícola no solo se ve afectado por el cambio climático. Hay que considerar igualmente los impactos climáticos del vino a lo largo de todo su ciclo de vida, incluidos todos los efectos directos e indirectos de las emisiones por lo que hay que contribuir activamente a descarbonizar completamente el sector vinícola.
Las bodegas pueden y deben hacer más, como incentivar y exigir la reducción de en ámbitos como la optimización de las rutas de distribución, requisitos de fabricación y abastecimiento por parte de los proveedores de la cadena de suministro, etc.
Calcular la huella de carbono
Una de las acciones principales es poner a disposición de las bodegas una calculadora de emisiones para que sean conscientes y comprendan el impacto de su huella climática. A partir de ahí, hay que identificar oportunidades para la mitigación del cambio climático y realizar un seguimiento de los impactos de las reducciones de emisiones acciones a lo largo del tiempo.
Los datos, son herramientas para sensibilizar y tomar decisiones estratégicas pero no para entrar en una competición comparativa entre bodegas, ya que cada bodega se ve afectada por factores únicos, como el tamaño y el alcance de la bodega, cuando se comenzó a medir y reducir activamente las emisiones, y su metodología
International Wineries for Climate Action
International Wineries for Climate Action (IWCA) es un grupo de trabajo colaborativo que reúne a bodegas comprometidas con el medio ambiente y decididas a adoptar un enfoque científico para reducir las emisiones de carbono en el sector vinícola.
Su objetivo es compartir las mejores prácticas encaminadas a atenuar los efectos del cambio climático en la actividad de los viñedos y las bodegas, a fin de que podamos trabajar de forma conjunta para descarbonizar el sector vitivinícola mundial mediante la aplicación de soluciones directas que eviten la adquisición de créditos de compensación de carbono.
IWCA fue fundada en 2019 por Familia Torres (Penedés, España) y Jackson Family Wines (California, EE. UU.) para impulsar a la comunidad vitivinícola mundial a crear estrategias de mitigación del cambio climático y descarbonizar la industria con la missión de:
1. Sensibilizar a la comunidad vitivinícola de la necesidad urgente de reducir las emisiones de GEI para mitigar los efectos del cambio climático;
2. Compartir estrategias y mejores prácticas para reducir las emisiones en el sector vitivinícola y movilizando bodegas de todo el mundo para adoptar estrategias de reducción de emisiones;
3. Desarrollar metodologías rigurosas para medir los GEI huellas de emisiones
Las bodegas socias se comprometen con un mismo objetivo al unirse e IWCA: comprometerse con alcanzar cero emisiones para 2050 y desarrollar un estándar mundial de sostenibilidad del vino.
Más información: https://es.iwcawine.org/