LAAAB (Laboratorio de Aragón [Gobierno] Abierto) Un proyecto para fomentar la participación ciudadana en la sociedad de la información y el conocimiento. Un laboratorio de innovación democrática para el diseño abierto y colaborativo de políticas públicas.
La democracia es probablemente uno de los mayores inventos de la humanidad. Pocas innovaciones han producido tanta prosperidad, paz y felicidad entre los pueblos como ella. Y aunque las últimas generaciones la conciben ya como parte natural de su paisaje vital, esto no hace sino reforzarla como el más grande y habitado de los edificios intelectuales que hemos construido en nuestra historia.
Para mantener esta inmensa obra colectiva disponemos de no pocas estructuras a su servicio: fuerzas del orden la defienden; investigadores, profesores y catedráticos la piensan desde el ámbito académico; juristas y altos funcionarios se encargan de definirla e interpretarla; y una pléyade de diputados, alcaldes y concejales, la ponen en práctica en representación de todos nosotros cada día. La democracia, por lo tanto, se defiende, se piensa, se define y se practica mucho. No obstante, se experimenta bastante poco. En este contexto nace el LAAAB.
Seguramente experimentamos poco con la democracia porque es una de las últimas porciones de tierra sólida que tenemos a nuestro alrededor. En medio del océano de la sociedad del conocimiento, en algún punto de la ola de la cuarta revolución industrial, cada día disponemos de menos certezas sobre el futuro que nos espera, flanqueados por sucesivas oleadas de innovación que, si bien nos hacen la vida más fácil, también amenazan con convertirlo todo en obsoleto.
Existe, además, como ha señalado Belén Barreiro en su último ensayo La sociedad que seremos, un punto de ruptura entre los que por edad –o por posición profesional- están asimilando los cambios como parte de un cambio de ciclo inexorable, y los que se resisten a ellos. Los digitales y los analógicos.
Pero la democracia no nació del miedo y la inacción. Para celebrarla debemos declararla inacabada. No en el sentido de imperfecta, sino en el de expansiva, en permanente movimiento. La democracia es un manual de la vida en común que adquiere verdadero significado en su aplicación social, pero precisamos nuevos contextos donde experimentarla.
Más allá de la práctica iterativa ordinaria, desde los parlamentos al pleno de cualquier pueblo, donde se desarrolla dentro de los márgenes del marco jurídico; y más allá incluso del sosegado ritmo de los debates académicos, encorsetados en el imprescindible rigor científico; necesitamos dotarnos de escenarios diferentes donde experimentar la democracia a escala humana y en tiempo real: Laboratorios donde expandir la democracia, donde profundizar y perfeccionar las técnicas y metodologías de la participación ciudadana.
Este el contexto en el que lanzamos el LAAAB (Laboratorio de Aragón [Gobierno] Abierto) Un proyecto para fomentar la participación ciudadana en la sociedad de la información y el conocimiento. Un laboratorio de innovación democrática para el diseño abierto y colaborativo de políticas públicas.
El proyecto se inspira en algunos laboratorios de gobierno como el GovLAB de Nueva York, el MindLab de Dinamarca, el Laboratorio Hacker de la Cámara de los Diputados de Brasil, el Laboratorio de Gobierno de Chile, y adopta algunas estrategias propias de los laboratorios ciudadanos y ecosistemas de innovación social como los LABIC, ParticpaLAB o ThinkZAC.El
El común denominador de todos estos laboratorios es concebirse como un espacio de experimentación. Experimentar a escala humana significa aceptar las reglas básicas de nuestro propio aprendizaje evolutivo: ensayo-error, imitación/repetición. Experimentar en democracia es reivindicar el derecho a equivocarse, a probar, a explorar o incluso a toparse por mera casualidad con nuevas soluciones.
En un laboratorio ciudadano, además, se trata de hacerlo en comunidad, acentuando el carácter participativo y deliberativo que caracteriza la propia democracia, activando así un espacio de meta-construcción colectiva. La atmosfera de laboratorio, por otra parte, permite innovar en tiempo real, incrementar la velocidad a la que se producen metodologías y herramientas, porque no se pretenden diseñar soluciones definitivas y cerradas, sino una sucesión de tentativas abiertas en constante mutación.
Por otro lado, un laboratorio de gobierno es mucho más que la aplicación de tecnología a la política. Las posibilidades que ofrecen la inteligencia artificial, la realidad aumentada, la visualización de datos o los algoritmos que perfeccionan la deliberación digital, no agotan las infinitas posibilidades de innovación que admite la democracia. Puede ser igual o más más revolucionario, por ejemplo, diseñar un espacio pensado arquitectónicamente para propiciar el consenso.
El LAAAB tiene 3 objetivos principales:
1.- Acercar las instituciones a los ciudadanos, tejiendo relaciones simétricas y transparentes que restituyan la confianza en la democracia, protegiéndola frente a la demagogia y el populismo.
2.- Abrir definitivamente las instituciones a la sociedad civil. Potenciando espacios de confluencia, donde los ciudadanos, las entidades y las empresas, cooperen junto a las administraciones en la resolución de sus desafíos comunes, aportando nuevas miradas y perspectivas, aprovechando todo el ancho de banda disponible de la tecnopolítica para propiciar experiencias de inteligencia colectiva.
3.- Explorar, investigar y experimentar nuevos modelos de acción pública, particularmente en materia de participación, mediación, deliberación, co-creación y co-diseño, encaminados a inspirar una transición sostenible, justa y plural a la sociedad de la información y el conocimiento.
El LAAAB se concreta en 5 líneas de actuación.
1. Procesos participativos. Diseño abierto y colaborativo de políticas públicas. Metodología LAAAB
2. Espacio LAAAB. Un Laboratorio ciudadano en el centro del gobierno.
3. Red Social de Aragón Gobierno Abierto.
4. Blog LAAAB – Comunidad de innovación abierta.
5. Ecosistema de proyectos LAAAB para una democracia avanzada.
La nueva metodología concibe el diseño abierto y colaborativo como un proceso global de inteligencia colectiva con incidencia desde la fase inicial de diagnóstico hasta la fase final de una política pública, incluyendo la evaluación del impacto, superando así el modelo actual, centrado en una lógica de validación.
Se concreta en 5 fases inspiradas en el pensamiento de diseño.
1.- Empatía -> Mapa abierto de actores implicados. ¿Quién está interesado y/o afectado por una política pública: una ley, un plan, un programa…?
2.- Definición -> Diagnóstico colaborativo e información. Definamos el punto de partida entre todos.
3.- Ideación -> Menú de talleres de inteligencia colectiva para generar ideas o deliberar sobre ellas. Parte central del proceso, donde concebimos la participación como una experiencia.
4.- Prototipado -> Implementación de ideas y balance de incidencia. ¿Qué ideas influirán en la política pública? Que es la fase donde se mide la influencia directa del proceso participativo.
5.- Testeo -> Revisión colectiva y seguimiento del impacto. De tal manera que el proceso participativo no acaba cuando terminan los talleres, sino que acompaña a la política pública.
Para saber más: LAAAB Aragón