Tan sencillo y cotidiano es abrir un caño o grifo para que salga agua que destinamos para beber o lavarnos, entre otras funciones, es un acto utópico para millones personas en este nuestro mundo. A pocos años de las fechas marcadas como objetico para implementar la Agenda 2030 donde el compromiso pasa por garantizar la disponibilidad de agua y su gestión y saneamiento para todos, la realidad está muy lejos de cumplirse.
Según los datos arrojados por la World Resources Institute (WRI) más de 1000 millones de personas viven en zonas de máxima escasez de agua, sobre todo en áreas rurales y 3500 millones más lo podrán estar en el 2025.
En la Conferencia de la Naciones Unidas 2023 sobre el agua se comentaba que una de cada tres personas en el mundo no tiene acceso al agua potable, dos de cada cinco personas no disponen de una instalación donde lavarse y unos 673 millones de personas defecan al aire libre.
Como bien comenta mi colega Luis Luján Cárdenas en su último artículo, sin acuerdos vinculantes la crisis del agua es irremediable.
Se denota que los compromisos vienen a última hora como los celebrados por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023 que se acaba de realizar en Nueva York y no llegarán a cubrirse las necesidades básicas ya que tendrán que esperar hasta dentro de 50 años, tal vez demasiado tarde, donde los escases del agua ya serán inevitables.
El 22 de marzo celebramos el Día Mundial del Agua y no fueran pocas las reflexiones que salieron en las redes de expertos en la materia, como la de María Elena Sandia Saldivia consultora Internacional con más de 30 años de experiencia en materia de agua potable y saneamiento, donde reclama abiertamente más acciones y menos seminarios, más hechos y menos congresos, más participación comunitaria y menos promesas en referencia a la situación actual en LATAM.
Esta crisis mundial del agua pasa por los desajustes creados por la mano del hombre involucradas en la más que consolidada crisis climática, vienen provocadas por la acelerada urbanización, incremento en las actividades agrícolas, mala eliminación de desechos afectando a los recursos naturales de agua dulce, degradación del suelo y sobre todo el uso de fertilizantes y plaguicidas, claras conclusiones que resumió el máximo representante de Naciones Unidas en la última Conferencia.
En este escenario los países más pobres están muy lejos de llegar a lo más básico, y los países más ricos luchan por cumplir con el compromiso de la Agenda 2030 que ya llegan tarde como así lo manifiesta Richard Connor, especialista del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos de la Unesco, ratificando que todos los países del mundo tendrán problemas con el agua de alguna manera u otra.
Los Países más ricos reclaman instalaciones e infraestructuras más modernas y mejor optimizadas por la digitalización, a diferencia de los países pobres que ni tan siquiera requieren de una toma de agua con las calidades mínimas que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Ante esta situación de disparidades, reaparece el contexto de instrumentalizar el equilibrio entre ambos escenarios y reducir tiempos.
Para ello la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua ha presentado unas eficaces recomendaciones, para ello propone reconocer y gestionar el agua como un bien común global.
-Dando valor a la interconectividad, con la implicación entre Sociedad civil, gobiernos y entidades privadas.
-Dar un precio justo al agua, para que se utilice de una manera mas equilibrada y eficiente.
-Crear Asociaciones para Agua Justa, que permitan el acceso al agua y sostenibilidad en los países de rentas bajas y medias, para cumplir con los objetivos marcados por su país en dicha materia.
-Reforzar los depósitos de agua dulce.
-Utilizar un desarrollo urbano en economía circular.
-Riego de precisión en la agricultura, así como métodos de cultivos que resistan sequias.
Estamos aún en un momento clave y la crisis del agua podría ser calmada con compromisos internacionales y consciencia social.
Nacho Andrés, experto en sistemas de gestión del agua.
Fuentes consultadas:
https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/water-and-sanitation/
¡Excelente artículo! Totalmente la realidad en el mundo en lo que al agua se refiere. En Latinoamérica urge un mayor compromiso en cuanto a las políticas gubernamentales en pro de lograr el suministro de tan vital líquido a la ciudadanía en general.