El ciclo integral del agua es fundamental en el desarrollo humano. Sus múltiples aplicaciones le confieren un rol protagonista y, por tanto, convierten al agua en un recurso que debe ser protegido para garantizar la sostenibilidad. Sin embargo, hay quien no aprecia su importancia atendiendo a factores como el precio en detrimento del valor que tiene una adecuada inversión.
En la era actual, la sociedad se encuentra inmersa en un constante diálogo sobre las tecnologías de la información, la digitalización, el Internet de las cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (IA). En medio de este panorama tecnológico en expansión, desde Idrica analizan si se están empleando de manera apropiada todos estos avances tecnológicos y cómo pueden ser aplicados de forma efectiva en diversos ámbitos de nuestra sociedad.
Referido al sector del agua, Idrica, fundada por Fomento Urbano de Castellón, S.A. subraya la importancia que tienen las nuevas tecnologías en la gestión eficaz del recurso hídrico en un momento como el actual, en el que organismos como el Banco Mundial o la ONU alertan de la necesidad de implementar acciones que permitan reducir el estrés hídrico en el que viven más de 1100 millones de personas.
Por todo ello, es fundamental poner sobre la mesa la cuestión referente a la diferencia entre el coste y el valor, es decir, ¿cuánto cuesta el agua o cuánto vale el agua?
Es innegable que, en ocasiones, no se aprecia debidamente algo hasta que se deja de tener. Desde Idrica subrayan la necesidad de plantearse si realmente se puede atribuir un valor al agua. En este sentido, hay que poner el acento en el ciclo integral del agua, siendo esencial en la generación de energía, en la producción de alimentos gracias a la agricultura de regadío, en el consumo humano, en la industria o en el propio clima.
Por todo ello, el agua, apuntan desde la compañía internacional en tecnología del agua, adquiere un valor incalculable que va más allá de cualquier medida económica. Entonces, si el valor del agua es incalculable, ¿por qué no se está invirtiendo en la digitalización de su gestión al mismo nivel que en otros negocios e industrias?
En la actualidad, más del 25% del agua destinada al consumo humano se desperdicia debido a diversas razones, tales como roturas de tuberías, fugas de agua, lentitud en la resolución de averías y una gestión ineficiente del ciclo integral del agua. “A pesar de que se cuenta con avances tecnológicos que podrían ayudar a optimizar su explotación, no se está aprovechando plenamente estas oportunidades”, apunta Vicente Maicas, Project Manager de Idrica.
La incorporación de tecnologías de información en el ciclo integral del agua (captación, potabilización, suministro, saneamiento, depuración y retorno al medio ambiente) brinda la posibilidad de mejorar significativamente este proceso y aprovechar al máximo el recurso más preciado, aunque a menudo poco valorado: el agua.
4 MEDIDAS PARA MEJORAR LA GESTIÓN DEL AGUA
Para lograrlo, según Maicas, resulta imprescindible implementar medidas concretas, tales como:
- La distribución estratégica de sensores en la red hidráulica para obtener información en tiempo real sobre el estado de las instalaciones.
- Aplicar algoritmos inteligentes que analicen estos datos y los combinen con los patrones habituales de consumo de cada población, lo que permite realizar predicciones y alertar sobre posibles fugas o consumos anómalos.
- Uso de soluciones tecnológicas que faciliten la explotación de la información obtenida, brindando acceso a datos precisos sobre consumos reales y estimados, así como generando alarmas que permitan actuar de forma preventiva ante situaciones de riesgo.
- Implementar programas de gestión de activos para facilitar el mantenimiento de las instalaciones y optimizar las órdenes de trabajo.
La sociedad debe plantearse seriamente si está dispuesta a esperar a enfrentar una crisis hídrica para comenzar a cuestionar la necesidad de digitalizar el ciclo integral del agua. Cada gota de agua cuenta y no hay que permitir perder más tiempo. Es fundamental actuar como una sociedad consciente del problema y que se aproveche plenamente las tecnologías de información disponibles para preservar este recurso vital.
“La gestión digitalizada del ciclo integral del agua es la clave para garantizar un futuro sostenible y próspero para todos”, apunta Vicente Maicas. La valía de esta iniciativa no reside únicamente en su impacto económico, sino en la preservación de uno de los recursos más esenciales para la vida en el planeta.
El experto concluye, “siendo conscientes de la importancia del agua y de las herramientas tecnológicas al alcance, es deber de todos actuar en consecuencia y trabajar de forma conjunta en la construcción de un futuro más próspero, sostenible y responsable con los recursos naturales. Al fin y al cabo, y como reza el proverbio inglés, no se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo”.