Al caminar por las calles de París los últimos días de los JJOO, uno encuentra motivos para pensar que uno de los principales legados que dejan los JJOO 2024 es la recuperación del orgullo nacional en buena parte de la población francesa, al menos durante el tiempo que ha durado la competencia. Pero igualmente deja un importante legado en materia de sostenibilidad económica, social y ambiental.
¿Qué impacto real puede tener este cambio de clima en el estado de ánimo social? ¿Perdurará en el tiempo o será simplemente un fenómeno pasajero? Esta es una cuestión que seguramente analistas y sociólogos podrán determinar mejor con el paso del tiempo. Lo que sí es posible analizar y verificar es el legado que deja la realización de los Juegos de París.
Estos Juegos se concibieron bajo una ambiciosa premisa: ser los primeros en cumplir con criterios integrales de sostenibilidad económica, ambiental y social. Esta ambición se tradujo en un plan bien estructurado que se ejecutó de manera efectiva.
Un impacto verde y social
La organización de eventos de esta magnitud ha estado marcada por múltiples fracasos. Ejemplos recientes como los JJOO de Atenas 2004, que asumieron un presupuesto exorbitante y una deuda insostenible, o Rio 2016, cuyo legado especialmente en infraestructura resultó ruinoso.
Precisamente París se planificó con un enfoque racional en materia de infraestructuras, una de las claves para legar un impacto positivo y controlar los costos. De hecho solo uno de sus 35 estadios fue construido desde cero para el evento, y este se ubicó fuera de la ciudad, en el postergado barrio de Saint Denis. El resto de las sedes se organizaron en instalaciones existentes o temporales.
Otro acierto fue la decisión de ubicar menos de la mitad de las sedes en el perímetro urbano de París. Solo 13 sedes se concentraron allí, 12 en la Banlieu y 5 en otras ciudades de Francia.
Otra obra destacada fue la Villa Olímpica, proyectada sobre tres barrios de la periferia que presentan los indicadores sociales más críticos de Francia. Esta construcción, que abarca 51 hectáreas, priorizó la contratación de residentes locales y se realizó siguiendo criterios ecosostenibles, consumiendo un 30% menos de carbono que una construcción francesa normal.
Una vez terminados los Juegos Paraolímpicos, la Villa Olímpica se convertirá en el nuevo hogar de 6.000 personas, con aproximadamente 2.800 apartamentos, de los cuales una cuarta parte se destinará a viviendas sociales para los habitantes del distrito de Seine-Saint Denis.
Juegos con nuevos usos
La reutilización de equipos y bienes utilizados durante la competencia fue una prioridad para los responsables de ESG de los Juegos. Según la Directora de Excelencia Medioambiental de París 2024, Georgina Grenon, “se ha garantizado una segunda vida para el 90% de los equipos y materiales utilizados en los Juegos, lo que supone unos seis millones de artículos”
Gran parte de este material se reutilizará en los Juegos Paralímpicos que se celebrarán en la ciudad del 28 de agosto al 8 de septiembre, pero también se destinará a otros usos.
Por ejemplo, la arena de las pistas de vóley playa se donará a un club de la región parisina, mientras que unos 600.000 muebles de oficina alquilados a la empresa francesa Lyreco serán recuperados y utilizados para iniciar un negocio de muebles de segunda mano.
Otro ejemplo de reutilización proviene de la Villa Olímpica, donde los aproximadamente 14.000 colchones de plástico reciclado usados allí se entregarán al ejército francés, y las célebres camas “antisexo”, montadas sobre bases de cartón, serán recicladas.
Gestión de residuos y movilidad
El control de los residuos ha sido otro de los temas de especial foco. Para ello la organización contó con la ayuda de Coca-Cola, uno de los patrocinadores principales El objetivo fue reducir las emisiones a la mitad en comparación con Río 2016 -Tokio 2020 no es medida debido a la pandemia- y favorecer el consumo y producción local.
La movilidad sostenible fue otro pilar fundamental. Los estadios quedaron conectados de manera eficiente a través de la extensa red de metros de París, siempre muy bien señalizada. Desde el inicio de la planificación de los Juegos en 2015, la ciudad ha añadido 1.000 kilómetros el carril bici. Para el evento ha ofrecido adicionalmente 3.000 bicicletas de alquiler y ha habilitado autobuses eléctricos y lanzaderas a todos los eventos.
A pesar de la mayor atención prestada a la sostenibilidad, los Juegos también enfrentaron críticas por causa de algunos de sus patrocinadores. Importantes empresas asociadas, como la marca de automóviles Toyota, ha sido acusada de “greenwashing”.
En particular, la elección del modelo Toyota Mirai, un automóvil que funciona con pila de combustible, generó cuestionamientos sobre su impacto ambiental, ya que se trata de una tecnología que en la práctica, supone retrasar la descarbonización efectiva del sector del transporte.
Los Juegos de la paridad y la inclusión
Un logro destacado fue alcanzar la paridad de género por primera vez en el número de atletas, con federaciones que llevaron el mismo número de deportistas, hombres y mujeres. Aunque esta paridad no se reflejó completamente en los equipos, marcó sin dudas un hito en la historia de los Juegos.
Además se implementaron proyectos interesantes, como la Casa del Orgullo y el hecho de que 70 autoridades locales se comprometieron a renombrar sus instalaciones deportivas con nombres de mujeres destacadas, promoviendo asi nuevos paradigmas y mensajes.
París 2024 puso el foco en el desarrollo del capital humano y social. Se creó un Fondo de Dotación como plataforma para la innovación social a través del deporte con el fin de inspirar e identificar proyectos con alto potencial de innovación social, apoyar a los líderes de proyectos, promover y visibilizar estos proyectos para fomentar su reproducción en el futuro.
Gracias a este Fondo creado en 2019, París 2024 y sus cofinanciadores han apoyado más de 1.100 proyectos sociales por un total de 47,8 millones de euros para 4,5 millones de beneficiarios con el fin de promover el deporte entre las mujeres y las personas con discapacidad, con el objetivo de que puedan continuar después de los Juegos.
Cuando las aguas bajan (casi) saneadas
Si existió una apuesta audaz en materia de sostenibilidad, esa fue sin dudas el esfuerzo por recuperar las aguas del Sena. Desde que se prohibió nadar en sus aguas en 1923, este emblemático rio no había sido apto para el rio. Sin embargo, no sin cierta zozobra, dos de sus competencias transcurrieron allí sin graves consecuencias.
La gran incógnita sigue siendo si algún día el Sena podrá ser completamente nadable, como aspiran los franceses. En cualquier caso, han dado un importante paso adelante gracias a los Juegos, priorizando la sostenibilidad medioambiental y el valor de esta ambiciosa recuperación.
En resumen, París ha demostrado un liderazgo en materia de sostenibilidad tan sólido como ambicioso. Aunque hay aspectos por pulir y mejorar, los resultados han sido muy positivos, dejando la vara bien alta, tanto como la dejó el sueco Armand Duplantis luego de su memorable gesta para batir el récord mundial de salto con pértiga.
Se ha demostrado que es posible llevar a cabo unos Juegos extraordinarios, inclusivos y únicos de una manera más responsable y sostenible. Sobre el cierre de la competencia, Tania Braga, Jefa de Impacto del COI, y una de las arquitectas de este exitoso enfoque, proclamó: «Se puede decir que París ya ha establecido nuevas normas para eventos más sostenibles y Juegos Olímpicos más sostenibles en general»
El gran legado de Paris no es solo haber transformado la forma en que se organizan los Juegos, sino también el de inspirar a futuras ediciones este camino de liderazgo sostenible. Que así sea.
Rafael Veljanovich, director de Zoomin Contenidos.
Foto: Telemadrid