Bajo el título ‘Agenda 2030: ¿Llegaremos a los Objetivos?, se ha celebrado el debate sobre el vertical Sustainability de la 5ª edición de la Barcelona New Economy Week (BNEW), impulsada por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB). Una edición centrado en la movilidad, industria digital y sostenibilidad.
La sesión ha puesto el acento en la ralentización que han sufrido las metas trazadas por las Naciones Unidas en 2015, fruto de distintas crisis sanitarias, económicas y sociales, conflictos armados, etc. Esta sesión ha sido moderada por Jessica Sánchez, consultora de United Nations Climate Change, y ha contado con la participación de Ramón Canal, director del Gabinete Técnico de Programación del Ayuntamiento de Barcelona; Dulcinea Meijide, directora de Desarrollo Sostenible de Agbar; Pau Solanilla, editor de Sostenibles.Org y socio de sector público de Harmon, y Mª Ángeles Torre, experta en Sostenibilidad y ODS.
Todos los intervinientes han estado de acuerdo que el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 es un desafío complejo y, actualmente, el panorama muestra que es poco probable que se logren en su totalidad en la fecha establecida. Existen varios factores que han dificultado el avance hacia estos objetivos, pero también hay áreas donde se han observado progresos. Lo importante no es tanto cumplir los objetivos, sino que vayamos cerrando las brechas y caminando en la dirección correcta.
Los objetivos relacionados con el cambio climático (ODS 13) son de los que más preocupan. A pesar de que ha habido compromisos importantes en términos de reducción de emisiones, como los establecidos en el Acuerdo de París, los informes recientes muestran que el mundo está lejos de limitar el calentamiento global a 1.5°C. El aumento de fenómenos meteorológicos extremos, como incendios forestales, huracanes y sequías, agrava aún más la situación. Es un ODS que impacta en prácticamente todos los demás.
Uno de los principales desafíos radica en la preocupación por la reducción de la desigualdad (ODS 10). Tanto la desigualdad entre países y dentro de los mismos ha aumentado, afectando la capacidad de los países más vulnerables para recuperarse de la crisis económica y sanitaria. Las brechas en ingresos, acceso a la salud, educación y empleo han empeorado en muchas regiones del mundo. Así mismo, la educación de calidad (ODS 4) ha sufrido retrocesos, principalmente debido al cierre prolongado de escuelas durante la pandemia, lo que ha afectado a millones de niños y jóvenes. La brecha digital también emerge como un problema importante. Muchos países en desarrollo no todos los estudiantes tienen acceso a la tecnología necesaria para la educación a distancia.
El financiamiento y los recursos dedicados a los objeticos de la Agenda 20230 y sus 17 ODS sigue siendo un desafío crítico. Muchos países no tienen los recursos financieros suficientes para implementar los cambios necesarios. La pandemia exacerbó esta brecha de financiamiento, ya que muchos países dirigieron sus recursos hacia la recuperación económica y sanitaria inmediata.
Sin embargo, una tendencia positiva es el creciente compromiso a nivel local y regional para avanzar hacia los ODS. Muchas ciudades y comunidades han adoptado sus propias estrategias de desarrollo sostenible, alineadas con los ODS, lo que ha generado cambios significativos en el ámbito local. De igual forma, la tecnología y la digitalización han tenido un impacto positivo en varios ODS, especialmente en el acceso a la información y la educación, la modernización de servicios públicos y la mejora de la infraestructura de salud. Sin embargo, la brecha digital entre países desarrollados y en desarrollo es un obstáculo para que estos beneficios sean igualmente accesibles para todos.
Si bien es cierto que se han logrado avances en algunas áreas, es muy probable que no se alcancen todos los objetivos en el tiempo previsto, pero los esfuerzos a nivel global, regional y local continúan siendo cruciales para lograr el mayor progreso posible antes de la fecha límite. Es necesario redoblar los esfuerzos en áreas clave como la financiación, la cooperación internacional y la acción climática para acercarnos a los objetivos de la Agenda 2030.
Barcelona ciudad de referencia
Barcelona ha sido una de las ciudades más comprometidas con la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), integrando las metas globales de la Agenda 2030 en sus políticas locales. En 2020, el Ayuntamiento de Barcelona aprobó el Plan de Acción para la Agenda 2030, que incorpora los 17 ODS en todas sus políticas públicas.
Barcelona ha trabajado intensamente en la transición hacia una economía verde y circular. La ciudad ha implementado políticas para reducir el consumo de recursos y fomentar la reutilización y el reciclaje. En términos de cambio climático (ODS 13), ha establecido objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de carbono y fomentar la movilidad sostenible.
Plan Clima de Barcelona: Este plan establece que la ciudad será neutra en carbono para 2050. Entre las acciones destacadas, se incluyen el fomento de la movilidad eléctrica, la ampliación de carriles bici y la promoción del uso del transporte público.
Economía circular: La ciudad ha impulsado iniciativas para reducir el desperdicio de alimentos, promover el uso de energías renovables y reciclar materiales de construcción, entre otras acciones.
Lucha contra la desigualdad y la pobreza. Es uno de los grandes desafíos de Barcelona, especialmente debido al impacto de la pandemia de COVID-19. Para reducir la desigualdad, se han creado programas de empleo y formación para personas en situación vulnerable, así como iniciativas para garantizar el acceso a servicios básicos como la vivienda.
Movilidad sostenible. Entre las más destacadas están las “supermanzanas” (superilles), que buscan reducir el tráfico vehicular en áreas urbanas, creando espacios más verdes y seguros para los peatones. La ciudad ha extendido su red de carriles bici y ha promovido el uso de la bicicleta como medio de transporte principal. Este enfoque ha contribuido al ODS 11, centrado en hacer que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.
Electrificación del transporte público: Se están electrificando los autobuses de la ciudad y promoviendo los vehículos eléctricos para reducir las emisiones.
Barcelona Energía. El objetivo de aumentar el uso de energías renovables y mejorar la eficiencia energética, el proyecto Barcelona Energía, lanzado en 2018, es un servicio público de energía que promueve el uso de energía solar en edificios públicos y residenciales, contribuyendo al ODS 7 (Energía asequible y no contaminante).
Uno de los principales desafíos sin embrargo de Barcelona es la pobreza y la exclusión social, especialmente tras la pandemia. Para abordar este reto, se han implementado políticas para garantizar el acceso a los servicios básicos, promover la inclusión social y facilitar el acceso al mercado laboral para colectivos vulnerables. Se han ha ampliado los programas de asistencia a personas en situación de calle, ofreciendo albergues y asistencia integral para ayudarles a reintegrarse social y laboralmente.
Entre los retos pendientes, destacan mejorar los espacios verdes, el fomento de la actividad física y la reducción de la contaminación del aire. De igual forma. la desigualdad económica y social sigue siendo un reto considerable. La pandemia ha exacerbado las diferencias entre barrios y grupos sociales, afectando más a los sectores vulnerables.
Pero la gran conclusión y consenso de la jornada es la necesidad de seguir trabajando por el ODS 17, que promueve las alianzas para los objetivos, es clave para cualquier avance. Solo trabajando juntos en una nueva colaboración público, social, privada, seremos capaces de sumar esfuerzos y complicidades para desplegar este gran propósito colectivo.