¿Cómo serán las ciudades saludables y sostenibles? 0 179

Exiten cuatro tipos diferentes de ciudades en el continente europeo: ciudades compactas de alta densidad, ciudades abiertas de baja altura y densidad media, ciudades abiertas de baja altura y baja densidad y ciudades verdes de baja densidad. Un estudio muestra que las ciudades compactas de alta densidad de Europa tienden a tener una peor calidad del aire, pero sus emisiones de carbono per cápita fueron significativamente menores que en las ciudades verdes de baja densidad.

En el mundo de rápida urbanización de hoy, ¿cómo podemos crear entornos urbanos saludables y sostenibles? En busca de una respuesta, los investigadores, apoyados en parte por el proyecto
UBDPOLICY, financiado con fondos europeos , identificaron cuatro configuraciones urbanas básicas que se encuentran en Europa y compararon parámetros como la calidad del aire, la mortalidad y las emisiones, con algunos resultados sorprendentes.

Sus hallazgos se publicaron en ‘The Lancet Planetary Health’. Los cuatro tipos diferentes de ciudades identificados en el continente europeo fueron ciudades compactas de alta densidad, ciudades abiertas de baja altura y densidad media, ciudades abiertas de baja altura y baja densidad y ciudades verdes de baja densidad.

Después de estudiar estas ciudades, los investigadores descubrieron, como era de esperar, que las ciudades compactas de alta densidad de Europa tienden a tener una peor calidad del aire, una menor disponibilidad de espacios verdes, tasas de mortalidad más altas y un efecto de isla de calor urbano más fuerte en comparación con las ciudades menos densas. Sin embargo, curiosamente, sus emisiones de carbono per cápita fueron significativamente menores que en las ciudades verdes de baja densidad.

Las ciudades del futuro

Las ciudades compactas de alta densidad, como Milán y París, son las que, en conjunto, tienen el mayor número de habitantes de Europa, con una superficie reducida y una alta densidad de población. Como explica en una reciente nota de prensa de ‘EurekAlert!’ el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), coordinador del proyecto UBDPOLICY, las densas redes de transporte público y la infraestructura para desplazarse a pie o en bicicleta de estas ciudades facilitan la movilidad en distancias cortas.

Las ciudades compactas se consideran el mejor modelo teórico para promover ciudades más saludables y sostenibles.

“Tras analizar más de 900 ciudades de Europa, creemos que, como señalan la literatura y los expertos, la ciudad compacta puede seguir siendo el modelo del futuro, pero en su configuración actual muestra una mala calidad ambiental y necesita superar importantes retos”, comenta Tamara Iungman, coautora principal del estudio e investigadora de ISGlobal.

“El potencial de reducir la dependencia del coche, la transitabilidad a pie o el acceso a servicios y oportunidades de interacción social son claras ventajas del modelo de ciudad compacta. Sin embargo, las ciudades compactas todavía muestran una alta presencia de transporte motorizado y una clara falta de espacios verdes”.

Entre los cuatro tipos de ciudad, las ciudades compactas de alta densidad y las ciudades abiertas de baja densidad y media densidad son las que presentan un mayor flujo de tráfico motorizado, lo que conlleva una mayor exposición a la contaminación atmosférica y un efecto de isla de calor urbano más fuerte. En consecuencia, estas ciudades también tienen las tasas de mortalidad más altas. Sin embargo, la ventaja de concentrar personas y servicios en un espacio más pequeño es una mejor eficiencia energética, por lo que las ciudades compactas también son el tipo de ciudad con menores emisiones de CO2 per cápita.

El profesor Mark Nieuwenhuijsen, de ISGlobal y autor principal del estudio, concluye: “Debemos aprovechar el potencial de nuestras ciudades compactas a través de modelos innovadores, como las supermanzanas, los barrios de bajo tráfico o sin coches, incorporando alternativas como soluciones basadas en la naturaleza, como la plantación de árboles y las cubiertas y fachadas verdes. Es esencial reducir el uso del coche y apostar aún más por el transporte activo y público.

Por supuesto, no hay una solución única para todas las ciudades. Cada ciudad debe realizar estudios específicos en función de sus propias características y diseñar una solución ad hoc para encontrar el modelo óptimo en términos de salud, calidad ambiental y huella de carbono”.

Más información: Sitio web del proyecto UBDPOLICY

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