Involución climática: Larry Fink y los hipócritas del capitalismo financiero 0 440

Pau Solanilla

A inicio de cada año, Larry Fink, CEO de BlackRock, la mayor gestora de fondos del mundo, envía un carta a los CEO de las entidades clientes de la gestora de activos. En su misiva de 2025, anuncia a sus inversionistas su retirada de la Coalición de Naciones Unidas para la Alianza Climática, conocida como Net-Zero Banking Alliance. Una decisión al albur de la ola neoconservsdora que recorre el mundo, especialmente con el retorno de Trump al poder.

Creada en el año 2021, los grandes bancos de inversión se comprometían a establecer objetivos intermedios para el año 2030 o antes para acelerar el cambio hacia una economía de cero emisiones netas en el 2050. Entre los compromisos estaban poder auditar los objetivos de cero emisiones de gases de efecto invernadero para el 2025.

Esta decisión, se une a la que tomaron otros grandes bancos como Morgan Stanley, Citi, Bank of America, Wells Fargo, Goldman Sachs y, recientemente, JPMorgan Chase. Una acción que viene a sumarse a otras inicitivas de grandes corporaciones tecnológicas y grandes magnates empresariales como Mark Zuckerberg o Elon Musk en un intento de alinearse con la nueva administración de Donald Trump. Algunos grandes empresarios y gestores, no han dudado en sumarse a la guerra cultural, económica y social contra todo aquello que huela a sostenibilidad.

La decisión de Larry Fink, quizás no es sorpresiva pero es indecente desde el punto de vista de su credibilidad y trayectoria de los últimos años. Algunos dirán que es legítimo cambiar de opinión o defender los intereses de sus clientes y accionistas, pero hay que ponerlo en contexto de todo lo que ha proclamado en estos últimos años. Hagamos un poco de memoria para recordar sus consejos y orientaciones:

El CEO de BlackRock proclamaba en su carta de 2018 a los directores ejecutivos que “para prosperar a lo largo del tiempo, cada empresa no solo debe ofrecer resultados financieros, sino también demostrar cómo hace una contribución positiva a la sociedad. Las empresas deben beneficiar a todas sus partes interesadas, incluidos los accionistas, los empleados, los clientes y las comunidades en las que operan”.

Años más tarde, en su carta de 2022, el gran CEO financiero global defendía su visión de un “capitalismo de stakeholders esto es, según él mismo definía: “Un tipo de capitalismo que no tiene que ver con la política, ni tampoco sigue una agenda social o ideológica. No es un capitalismo woke. Es capitalismo, impulsado por relaciones mutuamente beneficiosas para ti y para los empleados, clientes, proveedores y comunidades de los que tu compañía depende para prosperar. Ahí es donde reside el poder del capitalismo”.

En su carta de 2023, Fink nos recordaba cómo el cambio climático y los riesgos derivados de éste, así como la transparencia que deben mostrar las compañías ante sus stakeholders debían ser los ejes centrales de su manera de proceder. No hace tanto, proclamaba que la inversión sostenible es “la base más sólida para los portafolios de nuestros clientes de cara al futuro” recordando que la gestora de activos pondría en marcha una serie de iniciativas para situar la sostenibilidad en el centro de su enfoque de inversión. Igualmente resaltaba la importancia de la transparencia proclamenado “todos los inversores, junto con los reguladores, las aseguradoras y el público en general necesitan tener una visión más clara respecto a cómo las empresas manejan los temas relacionados con la sostenibilidad”.

Pero todo eso ha quedado en nada. Larry Fink, como tantos otros grandes magnates, se han quitado finalmente la careta. Apenas unos días antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de los EEUU, anunciaba en su carta de 2025 que abandona la Alianza Bancaria Cero Emisiones Netas echando por tierra el trabajo de los últimos años. La compañía lo ha argumantado diciendo que su pertenencia a la Alianza “había causado confusión respecto a las prácticas de BlackRock”. Una decisión que tiene un gran impacto simbólico y sobre la Alianza, haciendo que la iniciativa Net Zero Asset Managers haya suspendido sus actividades a partir del 13 de enero de 2025 para someterse a una revisión tras la salida de BlackRock.

La suspendión de las actividades de Net Zero Asset Managers no es una excepción o la única alianza de entidades financieras que está sufriendo un éxodo de grandes entidades financieras. Desde la victoria de Trump en noviembre de 2024, hay importantes movimientos reaccionarios e involutivos en materia de sostenibilidad. La Iniciativa Cero Netas de Gestores de Activos (NZAMi por sus siglas en inglés) es otra coalición de grandes gestoras de fondos para reducir las emisiones mediante las inversiones de sus clientes y beneficiarios que está sufriendo bajas entre sus miembros.

Así pues, visto lo visto, habrá que convenir que todo lo que nos han vendido “algunos” de los grandes gestores de fondos en los últimos años era puro postureo y una gran mentira. No es que sea decepcionante, que también lo es, sino que demuestran que son unos hipócritas, irresponsables y unos mercenarios del dinero y del poder.

Coincidiendo con este anuncio, se presentó en el Foro Económico Mundial de DAVOS el informe de percepción de los riesgos climáticos 2025. El informe describe un panorama mundial cada vez más fracturado, en el que los crecientes desafíos geopolíticos, medioambientales, sociales y tecnológicos amenazan la estabilidad y el progreso. El Global Risk Report es una referencia global sobre los principales riesgos colectivos del planeta, destaca aquellos tanto en el corto como en el medio y largo plazo. Y en el largo plazo, entre los 10 riesgos más importantes, indica que cinco son mediambientales o climáticos, y 4 de ellos los más acuciantes en el primer lugar de la lista.

El informe del WEF pone frente al espejo la irresponsabilidad y la hipocreasía de estos profetas del capitalismo financiero que se arrodillan ante el nuevo mesías del poder ultraconservador y anticlimático como es Donald Trump. Una carrera por ver quién es más amigo del presidente de los EEUU para seguir ganando dinero a costa de la sostenibilidad económica, social y ambiental de planeta.

Vienen tiempos complejos para para los que defendemos una idea de progreso diferente. Una desarrollo económico que maride y concilie de forma coherente competitividad con sostenibilidad y progreso. Pero no desfalleceremos y seguiremos siendo activistas incansables por un mundo más humano, decente y justo. Habrá para ello que recomponer las filas, las estrategias y los instrumentos con los que librar estas nuevas batallas.

Pau Solanilla, es fundador y editor de Sostenibles.Org y director de la Fundación Rafael Campalans.

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