
La crisis climática es una realidad incontestable a pesar de la ofensiva anticlimática de algunas fuerzas económicas y sociales. Sus efectos se pueden observar en nuestro día a día además de los datos que ofrecen sistemáticamente los informes científicos. El último informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que todos y cada uno de los indicadores monitorizados por los científicos están avanzando y han vuelvo a batir un nuevo récord.
La crisis climática no es solo un problema ambiental, sino una amenaza global que afecta todos los aspectos de la sociedad. Genera importantes impactos en la vida humana aumentando los efectos climáticos extremos como las olas de calor extremas, las sequías e incendios forestales o tormentas y huracanes e inundaciones más frecuentes e intensas.
Por otro lado, la pérdida de biodiversidad, poniendo a muchas especies en peligro de extinción debido a la destrucción de hábitats y el aumento de temperaturas. Una realidad que genera desigualdad y acelera las crisis humanitarias, ya que millones de personas se ven forzadas a migrar por el avance de la desertificación, el aumento del nivel del mar y la falta de recursos.
Igualmente relevante es su impacto económico global. Los desastres naturales causan daños millonarios en infraestructura y cultivos afectando a industrias tractoras de nuestras economías como la agrícultura , el turismo o la pesca. Algunos proclaman el advenimiento del colapsismo, pero reconocinedo la gravedad del problema hay tiempo para actuar y debemos actuar. Si reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptamos energías limpias, podemos mitigar los peores efectos.
Invertir en sostenibilidad genera empleo y oportunidades económicas, por lo que la acción climática es una inversión en el futuro para todos.
Dice el refranero español que una imagen vale más que mil palabras, y el El Periodico de Catalunya publicó un interesante reportaje con cinco gráficos que raduiografían la crisis climática y que vale la pena poner en valor.
Nivel del mar
Los registros indican que la tasa de aumento del nivel del mar se ha duplicado desde que comenzaron las mediciones por satélite lo que aumenta el riesgo de inundaciones en las zonas más expuestas al mar.
Retroceso de los glaciares
Los registros indican que entre 2002 y 2024, la masa de glaciares registró los tres años consecutivos con niveles más bajos desde que existen registros, con una notable pérdida tanto de su extensión como de su espesor.
Calentamiento de los océanos
El contenido de calor del océano, donde se almacena buena parte de la energía generada por los gases de efecto invernadero emitidos por nuestra especie, alcanzó su nivel más alto desde que existen registros lo que alimenta tormentas tropicales y fenómenos meteorológicos extremos a la par que contribuye al aumento del nivel del mar.
Récord de gases de efecto invernadero
Los registros indican que la concentración atmosférica de dióxido de carbono, así como de metano y óxido nitroso, se encuentra en los niveles más altos de los últimos 800.000 años. Gases como el dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante generaciones, atrapando el calor y acelerando aún más el avance de la crisis climática en el planeta.
Récord de temperatura media global
El año pasado fue el más cálido desde que tenemos registros en el conjunto del planeta y el primero en superar la línea roja de los 1,5 grados de calentamiento global.
Es tiempo de reflexión y de acción. Podemos y debemos reconstruir la idea de progreso entorno a la sostenibilidad y el desarrollo sostenible. La ofensiva involucionista climática es una irresponsabilidad y una amenaza muy seria a nuestro modelo de vida e hipoteca nuestro futuro. Necesitanos recomponer alianzas, generar nuevas narrativas que generen adhesión y poner en valor las ventajas colectivas de la apuesta por la sostenibilidad.