lunes, noviembre 10, 2025

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Autonomía estratégica, materias primas y territorio: una nueva gobernanza público-social-privada.

Europa ha descubierto de nuevo de forma abrupta la necesidad de recuperar una política inteligente sobre materias primas críticas. Si la tecnología es un must en el mundo de hoy y de mañana, las materias primas vuelven a ser un recurso central crítico para la autonomía estratégica de Europa y sus cadenas de valor asociadas. Algo especialmente relevante no solo para la renovada agenda de la seguridad y la competivividad europea, sino igualmente para cumplir con los objetivos de la transición energética y digital .

A modo de ejemplo, la UE importa el 90 % del gas que consume, y Rusia aporta más del 45 % de dichas importaciones, en grado variable según los Estados miembros. De igual forma, el 25 % de las importaciones de petróleo y el 45 % de las de carbón también proceden de Rusia. Todo eso sumado a la creciente hostilidad de la nueva administración Trump y la guerra arancelaria, supone un verdadero stress para garantizar la autonomía y seguridad de siministro del conjunto de la UE.

Si bien la autonomía estratégica europea es una prioridad, especialmente en un contexto de creciente tensión geopolítica, la autonomía de suministro no debería renunciar a encuadrarse en el marco europeo de sostenibilidad ambiental y social. la urgencia por disponer de yacimientos de materias primas fundamentales no puede hacerse sin el compromiso con las comunidades locales. Atraer inversiones públicas y privadas y desarrollar un nuevo círculo virtuoso de generación de valor mineral exige hacerlo de la mano del territorio y de los gobiernos regionales y locales.

La Unión Europea debe desempeñarse en un mundo cada vez más hostil y complejo desarrollando eso que se ha venido a denominar el concepto de autonomía estratégica, esto es, asumir nuestras responsabilidades en materia de seguridad, tecnología energía, producción y suministros. Un esfuerzo que requiere no solo acceso a recursos y materias primas estratégicas, sino introducir cambios normativos y culturales con una gobernanza y una forma de comunicar y relacionarse mucho más sofisticada, eficiente y coherente que tenga en cuenta al conjunto de los agentes políticos, económicos y sociales de los territorios.

Por su parte, España, a petición del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha aprobado la Hoja de Ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales, que refuerza la autonomía estratégica del país y la seguridad de abastecimiento de suministros clave para la transición energética y el desarrollo digital. El país tiene que preprarse para afrontar la nueva realidad geopolítica y garantizar el acceso a las materias primas en uan delicada estrategia de gestión y focalización de esfuerzos para garantizar tanto la sostenibilidad económica como el cumplimiento de los objeticos de la transición ecológica. Una hoja de ruta que debe estar alineada con las políticas europeas tanto en materias primas como en energía – REPowerEU – que se sustenta en cuatro grandes orientaciones estratégicas:

En primer lugar, la eficiencia y la economía circular en las cadenas de valor del suministro de materias primas minerales, integrando y concretando para la industria extractiva los objetivos y líneas de actuación de la Estrategia España Circular 2030. 

En segundo lugar, plantea una oportunidad para impulsar y consolidar la gestión sostenible de las materias primas minerales en la industria extractiva española. 

En tercer lugar, pone el foco en garantizar la seguridad de suministro y el cumplimiento de los requisitos medioambientales, geoestratégicos y de justicia social en la importación de materias primas minerales. 

Y en cuarto lugar, fomentar la industria de materias primas minerales de carácter estratégico para la transición energética y digital, por su empleo masivo en la implantación de energías renovables, baterías para vehículos eléctricos o almacenamiento a medio y largo plazo de energía, alineándose con las políticas europeas de acceso a los recursos y sostenibilidad.

Pero más allá de las buenas intenciones y las declaraciones, cumplir los objetivos de lucha contra el
cambio climático, avanzar en la autonomía estratégica y conseguir la diversificación de proveedores al tiempo que modernizamos nuestras insdustrias y profundizamos la digitalización exige una nueva gran conversación social con grandes alianzas transversales. Una nueva misión colectiva similar a la que propone Maria Mazzucato, profesora de economía de la Innovación y Valor Público de la University College de Londres en su libro “Misión economía: una guía para cambiar el capitalismo[i],

Mazzucato propone aplicar a la misma imaginación, audacia, método y medios que permitieron a los EEUU llevar al hombre a la luna en los años 60 gracias a la colaboración entre el sector público y privado. Una época en el que se asumieron riesgos y gastos para una misión y un propósito compartido con unos objetivos ambiciosos pero inspiradores capaces de catalizar la innovación entre una enorme cantidad de actores públicos y privados. Este método de trabajar con objetivos por misiones, ha sido parcialmente adoptado por la Comisión Europea con su estrategia Horizonte Europa[ii] e incluye entre sus principales innovaciones el lanzamiento de Misiones como una nueva forma de implementar la I+D+I con un impacto social y económico en áreas de interés para la UE y sus ciudadanos.

Hace unos meses, el Foro sobre Materias Primas Fundamentales para la reindustrialización y la descarbonización organizó en Congreso de los Diputados una jornada sobre las materias primas fundamentales y críticas para la industria española. La jornada sirvió para identificar algunos de los cuellos de botella y los riesgos de suministro e impulsar el consenso político, compartir iniciativas de regulación y de gestión así como alertar del impacto del desarrollo de proyectos extractivos e industriales en los territorios. Y en ellas emergieron cuatro recomendaciones relevantes:

1- La necesidad de promover la investigación y explotación de yacimientos de materias primas fundamentales para asegurar el futuro de nuestra industria y el desarrollo sostenible de nuestras regiones.

2- Agilizar los procedimientos de autorización (permiting), reduciendo los plazos, coordinando a las administraciones y aumentando la seguridad jurídica.

3-Impulsar proyectos de calidad técnica para el desarrollo de la cadena de valor, con el foco puesto en la sostenibilidad medioambiental y el compromiso con la población local. Sin consenso político y una correcta gestión del interés social con especial atención al ámbito local no podremos conseguirlo.

4- La necesidad de impulsar una nueva colaboración público-privada a lo largo de todo el proceso y sostenida en el tiempo que sea ágil, eficiente y transparente.

    Pero además del buenismo de las buenas intenciones políticas y empresariales, necesitamos un impulso regulatorio, un plan de apoyo financiero potente y ambicioso y una audaz estrategia de comunicación. Todo ello no será posible si no se complemente con un impulso decidido y un diálogo y concertación con los actores del territorio.

    En la carrera por la autonomía estratégica europea y el acceso a nuevas materias primas estratégica para reindustrializar y descarbonizar nuestras economías, hará falta volver a poner en valor y empoderar la política de la proximidad y de los afectos. Y es que la gestión emocional de nuestras comunidades y del territorio será tan importante como el diseño de los grandes planes económicos o industriales. Tenemos que ponernos a la tarea.

    Pau Solanilla es director de Sostenibles y Socio de Sector Público de Harmon.


      [i] Misión Economía, Maria Mazzucato. Editorial Taurus, mayo 2021

      [ii] Horizonte Europa, Misiones. Comisión Europea

      https://www.horizonteeuropa.es/misiones

        Sostenibles.org
        Sostenibles.orghttp://http//www.sostenibles.org/
        SOSTENIBLES.ORG es un Think Net formado por un grupo de profesionales con un propósito compartido: trabajar por un nuevo liderazgo colectivo y colaborativo que contribuya a una nueva mirada del presente y del futuro con la sostenibilidad como vector de desarrollo y competitividad económica y social.

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