El siglo XXI ha traído consigo una acelerada evolución en los ámbitos económico, social y tecnológico, impulsando dos tendencias fundamentales: la sostenibilidad y la digitalización. Ambas son clave para enfrentar los desafíos globales como el cambio climático, la creciente urbanización, la crisis de recursos naturales y la transformación digital que afecta todos los sectores de la sociedad.
