El siglo XXI es testigo de la revolución de la tecnología y la sostenibilidad. Hay una tercera revolución menos visible y tangible pero igualmente inexorable que es la revolución de los intangibles, esto es, lo que llamamos la economía de la reputación. Una revolución silenciosa pero imparable asentada sobre dos pilares complementarios, la sostenibilidad y la reputación.
