La competitividad europea dependerá en buena media de sus esfuerzos por impulsar tecnologías de cero emisiones netas y no quesarse atrás de otras potencias industriales y tecnológicas como China o los EEUU. La apuesta por tecnología de cero emisiones son fundamentales para garantizar la competitividad de la industria europea al tiempo que se cumplen los objetivos climáticos acordados.
