El territorio de América Latina y Caribe es afortunado, cuanta con más de un 30 por cien de las reservas de agua dulce es decir más de una tercera parte del agua dulce del planeta y con una asignación per cápita de 22.929 m3 por persona al año, casi un 300 % por encima de la media global, pero por el contrario carece de una infraestructura de calidad con una pérdida del 40 % del agua potable que nunca llegará al usuario final.
